Rafael Iribarren
Con este CNE Maduro no irá a un RR ni ahora ni nunca.
Vengo afirmando y afirmo, que Maduro no puede ir al RR con este CNE ni en el 2016 ni en el 2017, ni nunca porque solo lo controla burocrática y parcialmente. Al estar la actual estructura del ente electoral, operada mayoritariamente por chavistas antimaduristas, 4Febreristras y ex chavistas hoy oposicionistas produciría unos resultados electorales como los del 6D y no como los anteriores comicios del 2012 y el 2013 ni como los del 2004. Ante la presión popular de que se realice el Referendo Revocatorio, los escenarios concretos para impedirlo han sido armados sobre el teatro de que el CNE lo está montando pero sin ninguna intenciones de realizarlo. Descartando así la inicial pretensión de aplicar la misma de Chávez del 2003 y 2004 de ganar tiempo suficiente, para luego, con un CNE controlado por completo entonces sí ir al RR, y, si no ganarlo, tampoco perderlo.
Es seguro que habrá más del 20% las firmas suficientes a pesar de las condiciones y entrabamientos impuestos por las rectoras del CNE. Tal y como fue la movilización del último firmazo; la de ahora, si la hay, pese a la frustración y el escepticismo, será muy superior. Pese a las condiciones, se estima que se recogerán entre los cinco y seis millones de firmas, cifra muy por encima de los cuatro millones largos requeridos. Según las mismas apreciaciones oficialistas es muy posible que el 20% lo haya en los 23 estados. El hecho que Maduro haya sacado de Cojedes a Farías, uno de los estados en los que, según, a la oposición le sería más difícil recoger las firmas, para regresarla al gabinete a solo semanas o días para el firmado, sería un indicativo de que para el madurismo ya no es prioridad que en ese estado la oposición se haga con el 20%. Ni en ese ni en ninguno otro. Porque ya da como un hecho, que si habrá las firmas suficientes, sin que el CNE pueda siquiera intentar trampearlas.
Maduro y el RR: tres escenarios y un Plan D.
Maduro y el madurismo entienden hoy que por nada puede haber RR, porque de haberlo, cuando sea, quedan fuera de juego, sin pataleo y se acaba “el proyecto”. De allí, que desde un cierto momento, los escenarios que han manejado y manejan son todos para que no lo haya. Lo que no fue así desde un principio. Ya avanzada su solicitud formal, entrado 2016, fue cuando asumieron como estrategia descartar definitivamente el referido primer escenario que manejaron: el de aceptar “medirse”.
.-En el 2015 cuando en las elecciones parlamentarias se llamó a votar para sacar a Maduro con un RR, él lo tomó como reto. Asumió que con suficiente tiempo podía reeditar lo de Chávez en el 2003 y 2004 e ir al revocatorio y ganarlo. Todavía en marzo de este año, ya la MUD manejándolo como una “una via”, seguía declarando que lo ganaría en el 2017 porque no sería este año. No había entendido ni asimilado lo que sucedió el 6D, ni quién lo hizo posible.
Cuando al fin entendieron lo que realmente sucedió con las parlamentarias, fue entonces cuando Maduro y el madurismo, descartaron absolutamente ese primer escenario de “medirse”. Entendieron que con este CNE no podían ir a elecciones, ni ahora en el 2016 ni nunca. Al descartar la posibilidad de reeditar el RR del 2004 y con el la pretensión de ganar los comicios, se eliminó definitivamente la idea de que haya en algún moment Referendo Revocatorio..
.-Borrado ya para el madurismo el RR, se activa el segundo escenario y el CNE y su burocracia madurista procesan su solicitud y eventual organización. Con la apuesta de decir que, por culpa de la oposición, no se había podido realizar la convocatoria por los incumplimientos, inducidos, de procedimiento, técnico-jurídicos, etcétera, concretamente que el “requisito legal”, de las firmas-Lucena dixit-no se hubiera cumplido cabalmente. Concretamente, y según el CNE, que “legalmente no se hubieran recogido las firmas”.
Luego de meses de trabas, de maniobras de todo tipo, cambio de normativas y las condiciones extremas de el CNE, particularmente el que fuera por estado y la cantidad y ubicación de las máquinas captahuellas, la MUD logra las firmas para solicitar el revocatorio contra Maduro.
.- Ahora pese a todas las condiciones en contra que nuevamente nos impone el CNE, a las insuficiencias y debilidades de la MUD y pese al pobre resultado del “ensayo” de activación de la maquinaria oposicionista del 12-O en los centros de firmas, la apreciación general es que el 26,27 y 28 de octubre, de no ser suspendida la recolección de firmas, la gente irá por ríos a firmar y se logrará superar ampliamente el mínimo necesario para activar la consulta en contra de Maduro. En dos palabras, como ya señalé, lo previsible es que sea otra jornada masiva de rechazo y revocatorio a Maduro. El tercero en once meses luego de las del 6D y del 1S.
.- La perspectiva de sufrir un tercer revocatorio masivo, en vivo, con un nuevo y último firmazo, le impone al madurismo la cancelación de este segundo escenario para implementar un tercero: de parar por completo el proceso sin llegar a la recolección de firmas el 26,27 y 28 de Octubre.
A diferencia del anterior, montar este tercer escenario de parar el proceso del revocatorio no sería por la acción del CNE sino impuesto, en principio, por el TSJ, o hasta por un tribunal de arbitraje internacional. Por ejemplo, para su puesta en marcha, ya desde hace meses atrás, se han venido estableciendo líneas y referencias mediática a través de los diferentes voceros del oficialismo para que de darse el caso y según se decidiera, se concretara esta vía. Cuatro o cinco meses atrás se habló, de paso, de la deuda que el CNE tendría con SMARTMATIC y como esta podría afectar el calendario electoral de este año. Esta real o supuesta deuda con el único, o casi único proveedor de tecnología electoral medular podría, vía contencioso, implicar la confiscación de activos, de las máquinas de votación y otros equipos y que podrían significar incluso la suspensión del proceso.
Además, las mismas rectoras han hablado de la falta de recursos financieros para organizar cualquier elección, sea el RR, sean las EERR. En lo que no se ha insistido es que esas elecciones electorales estaban previstas en el Presupuesto Nacional del 2016
La forma más expedita para el chavismo de parar el RR, es que el TSJ declare nulo el proceso por el supuesto «fraude que se habría cometido en el primer firmazo por el 1% o que según ellos, «la MUD habría» cometido. Mediante este recurso se ordenaría al CNE suspender el proceso del RR y se desconocería la legalidad de la MUD como partido por haber incurrido en el supuesto fraude. Y en tal caso, mandaría reponerlo al punto de su inicio procesal: el de la solicitud inicial de reconocimiento como actuante, con 1% del RE.
El falso positivo del “fraude de la MUD” con las firmas.
Este tercer escenario de parar el RR. ”por fraude» -todo indica que esta en vías de implementación concreta- se enmarca en un “falso positivo” que el chavismo ha montado y mantiene montado desde hace varios meses.
Desde el momento en que la MUD, específica y principalmente Capriles y PJ comenzaron a llamar al firmazo por el 1%, voceros chavistas, destacadamente Jorge Rodríguez, declararon que iba a haber fraude. El mismo día en que se consignaron en el CNE las cajas con las firmas cerradas y selladas, Rodríguez, sin que se hubieran abierto avanzó que en ellas había, con precisión, centenas, varios centenares de miles de firmas fraudulentas.
Con lo poco organizado y bajo la presión con que se realizó ese firmado, no requería, para el chavismo, mucho esfuerzo hacer de quién tiene todas las formas, nóminas y capacidad de chantaje y dinero el mandar a miles a firmar hasta varias veces con cédulas, nombres y un sin fin de etcéteras falsos. Y tener a “grosso modo” cuantos habrían sido. Lo siguiente fue montar el teatro mediático de las denuncias de los supuestos defraudados hasta finalmente introducir ante el TSJ las demandas de nulidad por firmas fraudulentas. Solicitándole al TSJ que se declarara ilegal a la MUD y hasta de que se llevara a prisión a sus responsables.
A la fecha, a solo días de los 26,27 y 28, para las firmas del 20%; se puede observar en los alrededores Centro Simón Bolívar cerca del CNE, y en las avenidas Urdaneta, Universidad, Lecuna, Fuerzas Armadas y Baralt, miles de afiches con cantidades precisas relativas a las variantes del supuesto fraude electoral de la MUD. Lo que indica que la implementación del tercer escenario de Maduro y el madurismo de parar el RR “por fraude” antes de que hayan las firmas del 20%; está en marcha. O sea que también existe la posibilidad de impedir el RR por esta vía.
El Plan D del madurismo para Maduro.
Maduro ha asumido convertirse realmente en el sucesor de Chávez, independientemente de cómo y hasta dónde tal pretensión se concrete. De entrada el no se plantea salir porque lo revoquen ni renunciar. En principio se dispone a seguir en Miraflores hasta el 2019 y entonces, ser reelecto. Propiamente, él, no tiene Plan D.
Pero el madurismo, conformado como un movimiento diferenciado de los demás chavismos; con estructuras propias diferentes al PSUV y de las otras chavistas, sí. Maduro sabe que en los chavismos en general y hasta en el mismo madurismo, entre su misma gente, se maneja la posibilidad de una “renuncia estratégica si la coyuntura, la crisis, las presiones y la confrontación con los restantes chavismos lo imponen, para “salvar el proyecto”, ahora madurista-chavista. Él pasaría temporal y tácticamente al liderazgo de calle para que según ellos, “el desarrollo político-organizativo del movimiento cívico-militar” lo prepare para el 2019. En tal caso, el gobierno quedaría, mientras tanto, en manos maduritas, manejando la coyuntura bajo menos presión.
Tal Plan D, se concretaría con la renuncia de Maduro siempre después del 10 de enero a febrero próximo en adelante, de forma que su vicepresidente asumiera, sin necesidad de otras elecciones inmediatas. De hecho, se llegaría a lo mismo sobre lo que ha insistido la oposición si el RR fuera en el 2017. Pero por decisión e iniciativa propia y no porque se le hubiera revocado. Sería un “salir por la puerta grande” conservando según ellos, el liderazgo civil mientras el madurismo mantiene el control cívico-militar del Poder.