Manuel Malaver | El Diario de Caracas
Ciertamente debe calificarse como un huracán los sucesos que ayer determinaron que Donald Trump se alzara con la candidatura republicana en las primarias de Florida.
Y no tanto porque augure que el empresario constructor vaya a ganarle las elecciones presidenciales al candidato demócrata que posiblemente será Hillary Clinton, sino porque derrotó a un hijo emblemático de Florida, Marco Rubio que, además, portaba la clase y el savoir faire que cualquier país quisiera ver en su presidente.
Rubio, en efecto, es un abogado de la Universidad de Florida, dos veces senador republicano, de centro derecha, un luchador por la causa de la democracia y la libertad sin tacha y en todo correctísimo, por cuanto su militancia en el “Tea Party” no lo alejó de las causas sociales que tanta civilidad le dan a la política contemporánea.
¿Cómo es, entonces, que en su estado natal fuera barrido por un animal político larvario, sin ideas, educación de ninguna clase y que, apenas farfulla gruñidos, cuando trata de explicar las razones por las que piensa debe ser presidente de los Estados Unidos?
Dicen algunos analistas que por el auge de la antipolítica en el mundo, otros que por el giro ultraderechista que ha tomado una sociedad furiosa de que el izquierdismo obamista intente imponerle políticas sociales intragables como el matrimonio de parejas del mismo sexo, el aborto y la permisividad con el consumo de drogas; y los más, por los desastres que en política internacional ha provocado una administración demócrata que no asocia el poder a la fuerza.
Yo, al contrario, pienso -y sin desmeritar las otras razones que tratan de explicar la emergencia del huracán Trump- que no se debe dramatizar y más bien circunscribir la actual crisis al advenimiento de uno de los tantos ciclos de “puertas adentro” que USA ha vivido en el pasado y que, por lo general, determina un ayuno de internacionalismo y mundialidad.
Así fue durante la Primera y Segunda Guerra Mundial ¿y porqué no serlo ahora de caos latinoamericano, colapso de Europa e ingreso de Asia en una era tan incierta, como confusa?
Por Manuel Malaver / @MMalaverM