Thaelman Urgelles
Este año, la historia ha sido generosa con la dirección política opositora en cuanto a oportunidades para resolver la desgracia global en la que ha sumido la dictadura a nuestro país. Me temo que ellos las han desaprovechado en su mayoría. Pocas veces una fuerza popular con tanta disposición al cambio ha sido tan sub-utilizada por los dirigentes aceptados por esa misma fuerza.
Hoy, la historia le presenta a la MUD, a los directivos y diputados de la Asamblea Nacional, en fin, a los líderes opositores, una nueva oportunidad para dar fin a la dictadura: los saqueos y encendidas protestas en diversas localidades del interior, provocados por la arrogante perversidad de los dictadores, son el punto de partida para una de dos vertientes: o un caos ingobernable que puede desembocar en una incontrolable tragedia, o la canalizada protesta con sentido político que termine por torcer el brazo de la pandilla atrincherada en Miraflores.
Esta grave situación exige bastante más que un Comunicado de la MUD, como el lamentable texto publicado hoy donde se persiste en pedir rectificaciones y prórrogas a quienes solo cabe pedir la inmediata renuncia. Estamos en el momento en que la Asamblea Nacional sesione mañana o el domingo con carácter extraordinario y tome una medida decisiva para torcer el rumbo de esta inercia criminal: destitución generalizada de los poderes, basada en el artículo 350 de la Constitución, sin importar los legalismos de antejuicios de mérito, ni las dos terceras partes, ni los plazos que han venido siendo esgrimidos para prolongar absurdamente la crisis.
Por supuesto que la dictadura no aceptará esas medidas y apelará al TSJ para que las invalide. Entonces la AN apelará al soberano, generando una situación de doble poder que posee suficientes antecedentes históricos y que obliga a un pronto desenlace. Convocará a movilización ciudadana en las calles de toda Venezuela, y pedirá la participación de la Fuerza Armada para proteger al pueblo en vez de atacarlo. Estoy convencido de que nuestros militares estarán esta vez del lado correcto de la historia. Y si la situación de doble poder se mantiene, la comunidad internacional jugará un papel decisivo, por supuesto muy distinto a la opereta que ha habido hasta ahora.
¿Qué esperan nuestros dirigentes… que el pueblo inerme de dirección les resuelva la ecuación que ellos mismos no pueden encarar… o que sean los militares quienes en solitario le hagan el favor a Maduro de deponerlo en seco, para dar inicio al salvador (históricamente) relato allendista de revolución popular cancelada por Golpe de Estado?
Los trenes favorables no abundan es el escenario político. Si siguen perdiendo trenes, nuestros dirigentes opositores engrosarán un lamentable record Guinness de la abulia.