Porque, tal como anticipamos en nuestro artículo “Yo si se por què el general Reverol anda tan endemoniao”, contra las ambiciones del excomandante de la GNB -y los deseos de Maduro por complacerlo,- se movieron los verdaderos amos del poder, los generales del Alto Mando y del CEO (en su mayoría participantes del 4F) y su Comandante en Jefe, Diosdado Cabello, y Maduro y Reverol tuvieron que irse con su nombramiento a otra parte.Y es que las amenazas eran muy ciertas, y contaban con apoyos del resto de las fuerzas (la Armada y la Fuerza Aérea), pues, aunque el perfil militarista del régimen continúa más que acentuado, no era para que lo ejerciera un arribista que creía que echar plomo, atropellar e insultar a Henry Ramos y a los gringos, son los únicos puntos que cuentan para ser ministro de la Defensa.
No negamos que mantener a Padrino López en el ministro de la Defensa pudo ser el resultado de una solución de compromiso entre Maduro y Cabello, pues se trata de un general que, aunque, proveniente del chavismo originario y del 4F, se ha mostrado siempre neutral entre el presidente y quienes lo adversan en la FAN, pero sin ninguna identidad con el Maduro amigo de Reverol y dispuesto a enfrentarlo si insistía en su descabellado nombramiento.
En otras palabras que, “por ahora” una paz relativa y efímera entre Maduro y el Ejército y un conjunto de oficiales que no lo respetan como su Comandante en Jefe y aspiran que regularice la institucionalidad del país antes de arrastrarlos a una guerra civil.
Desde ese punto de vista Maduro pudo haber aprendido que el Ejército se respeta y los Estados Unidos y Henry Ramos también.