Como era de esperarse, la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, no negó ayer la constitucionalidad del Referendo Revocatorio, y, mucho menos, que un número de electores venezolanos esté en el derecho de convocarlo para interrumpir el desastroso mandato de Nicolás Maduro.
Legalidad que sería cónsona con su actitud de la medianoche del 6D, cuando anunció que la dictadura chavista había sufrido la catastrófica derrota que lo convirtió en una írrita minoría parlamentaria, para que, desde entonces, el gobierno pasara, no a uno, sino a los dos máximos poderes electivos del Estado: el Legislativo y el Ejecutivo.
Pero, Igualmente, la señora Lucena no le escatimó a la oposición los éxitos que se anotó hasta ahora en el “Firmazo” y la “Validación de las Firmas”, que, aunque aceptados a regañadientes, hizo pensar que doña Tiby se resignaría anunciar una noche de noviembre o diciembre que Maduro “ya no era presidente de la República”
Crasa equivocación, o sueño roto, porque la Tibisay Lucena que apareció ayer en televisión dando unas explicaciones sobre el Revocatorio que nadie le estaba pidiendo, fue para afirmar que todo podría seguir sucediendo muy bien para los partidarios de revocar a Maduro…pero, pero, que… los plazos no le alcanzaban.
Y aquí si apareció la auténtica Tibisay Lucena, que no es más que una talibana chavista que toca violonchelo o, lo que es lo mismo, que se cuida de anunciar las pérdidas cuando parecen reparables, pero si las futuras se anuncian terminales, entonces trata de evitarlas tal Freedy Bernal o Pedro Carreño cualquiera.
No veremos nunca a doña Tibisay, en efecto, haciendo cuarteto con el trío Tania D’Amelio, Sandra Oblitas y Socorro Hernández, pero si plegándose al superrrector, Jorge Rodríguez, quien, desde hace meses viene amenazando con que “no habrá Revocatorio porque no se han cumplido los lapsos”.
Y resulta que quienes incumplen los lapsos son Tibisay Lucena y el superrrector, Rodríguez, porque, no otra cosa significa aplazar para un quizá mes de octubre una recolección del “20 por ciento de las firmas” que podría hacerse en agosto mismo.
Pero son las emboscadas que se deben esperar de la rectora Lucena, si no fuera porque se nos olvida que solo cumple la legalidad cuando le conviene a ella y al chavismo.