Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional, aseguró que quizás en la próxima semana la dirigencia opositora va a poder plantearle al país entero una nueva unidad con otras reglas de juego; un nuevo gobierno totalmente diferente, así como una nueva ruta política.
La afirmación la hizo en un foro que realizó este martes el Instituto de Estudios Parlamentarios “Fermín Toro”.
En su introducción hizo un recuento de la forma como se planteó el referéndum revocatorio, hasta el momento final; cuando, de acuerdo a los estudios de opinión, más de 3 millones de personas estaban dispuestas a firmar, a poner sus huellas y a ser fotografiados con tal de que hubiera el revocatorio, y que el gobierno “aniquiló” esa posibilidad.
“De manera siguiente tocaban las elecciones de gobernadores, hace un mes, en diciembre del año pasado: el gobierno también tomó la decisión de que no iba a haber elecciones de gobernadores y lo que ha habido entonces es un proceso de mayor asfixia, desde el punto de vista político de los espacios democráticos de un gobierno, que lo que ha tomado es la decisión de gobernar con la fuerza bruta, la represión y la desmoralización del país democrático”.
A su juicio, esa es la realidad que estamos viviendo hoy; realidad que todos conocemos pero que quizás no hemos asimilado y metabolizado en toda su dimensión, y que era por eso que comenzaba con esa introducción, porque la perspectiva de este año que se inicia, agregó, es la de entender que el gobierno está absolutamente fuera de lo constitucional, de que el gobierno tomó la decisión de que no hay elecciones en Venezuela hasta que ellos no les dé la gana, y que frente a esa realidad de hecho es donde la oposición tiene el desafío de verse como pueblo, como ciudadanos y como pueblo histórico, y que estamos en capacidad de vencer y de revertir esa realidad.
Aseveró que la oposición hoy como nunca está en una expresión donde la organización del país entero es imprescindible para lograr revertir esta enfermedad que le ha caído a Venezuela. Aquí se preguntó que cuáles son los pasos que hay que dar en ese sentido, y crear de nuevo la fuerza para derribar los muros que se han construido alrededor de los derechos de los venezolanos, especialmente los derechos democráticos, especialmente los derechos humanos, particularmente el derecho al votjuo.
“Hay un punto esencial que es el tema de la unidad. Esta situación que les estoy diciendo nos atrapa en una de las mayores crisis que ha tenido la unidad democrática desde que comenzó en el año 2008. Primer desafío: si nosotros no somos capaces de reconstruir, relanzar, reorganizar y fortalecer, no sólo la unidad de la oposición, sino la unidad de toda la sociedad venezolana, nosotros vamos a perpetuar las herramientas y las bases para que el gobierno siga en esta inercia no democrática del país”.
Reconoció que esa era una tarea de la oposición, de los partidos, de la dirigencia y donde hay un sentido de urgencia con un compromiso desde el año pasado de relanzar la unidad y que todavía no se ha materializado. ¿Por qué no se ha hecho? Porque hay todavía una conjugación de visiones eternas sobre cuál debe ser la ruta política y sobre el cuál, incluso, debe ser la naturaleza de la unidad; que lamentó que no ha hecho posible que se construya un rompecabezas unitario y pueda haber ese relanzamiento de la unidad.
Dijo que además este punto depende de nosotros, que es el único punto que está en nuestra inteligencia y en nuestra voluntad poder resolverlo. Se preguntó que cuáles eran las perspectivas para poder dar pasos. En ese sentido respondió que este lunes pasado se realizó una reunión de la MUD para poner límites sobre ese tema, y que si todo sale bien, y los pasos que hemos dado, quizás en la próxima semana poder plantearle al país entero una unidad que tenga nuevas reglas del juego, tenga un nuevo gobierno de la unidad, totalmente diferente y tenga también una ruta política que ofrecer.
“Es decir, la unidad también está en su proceso de analizar y metabolizar este país, que ha cambiado en este último año y que ha pasado de tener un maquillaje democrático a ser un país abiertamente de dictadura; de ser un país de carácter autoritario a un país donde no hay Constitución, no hay elecciones, no hay reglas del juego. Ese es el desafío más importante que tenemos y que pasa por una organización, que va más allá de los partidos políticos”.
Citó un discurso de Lech Walesa donde el ex presidente polaco decía que en el momento en que ellos entendieran que su lucha era no solamente de los sindicatos, luego de los partidos; sino que era organizar a toda la sociedad polaca, fue el momento en el cual ellos lograron cuajar la fuerza necesaria para lograr vencer el comunismo en Polonia.
“Nosotros estamos en una transición parecida a la polaca. Este no es un problema ya del país de oposición con el país del gobierno. Es un problema del pueblo venezolano entero, porque hay un régimen que quiere secuestrar el derecho de toda la nación y la organización tiene que estar en proporción a eso”.
Según Borges el otro gran reto que tiene planteado la oposición este año lo constituye el reto del discurso; pues a su modo de ver hasta tanto no haya un cambio radical de los actores políticos, se van a seguir repitiendo errores; que aquí hay que aislar a quienes tienen secuestrado el poder, que aquí hay que comenzar a hablar diferente a las fuerzas armadas nacionales, pues a su parecer no se puede cometer el error de generalizar, de arrinconar a una institución como la fuerza armada como si fuera el único culpable de lo que está sucediendo hoy en el país.
“Todo lo contrario, uno de los retos es cambiar el discurso y comenzar a entender también nosotros que una institución tan importante en la crisis que vive Venezuela, increíblemente para muchos, la mayoría de las fuerzas armadas está en contra de lo que está pasando en el país y nosotros, en lugar de espantar a las fuerzas armadas, más bien tenemos que hacer un llamado institucional, permanente, democrático, a que esa mayoría que está en las fuerzas armadas que cree en un país democrático, que está sufriendo los mismos problemas que el resto de los venezolanos, sean parte de la solución y no parte del problema”.
Añadió Borges que serían unas fuerzas armadas que sean parte del desarrollo del futuro y de la restauración democrática en el país, que nosotros podemos tener el 80% en las encuestas pero que hasta entonces no tengamos nosotros también del otro lado las instituciones claves para la construcción democrática, ese 80% está anulado, y que eso pasa por convencer, por hablar, por enamorar y por persuadir, no solamente a las fuerzas armadas; sino a todo el resto del Estado a que haya un futuro político democrático y digno, para todos aquellos que creen en la libertad, que creen en la justicia social, y que creen en la Constitución venezolana.
“Hay un tercer reto y tiene que ver también con un cambio en la praxis política. Nosotros hemos acostumbrado, producto de la provocación y de la política del odio, a que el conflicto venezolano sea una pugna permanente entre el gobierno y la oposición. Yo no sé si la influencia perversa de Donald Trump hace que todo el mundo quiera ser el macho de la partida; desde Vargas Lleras, que habla de los venecos, hasta la gente que se insulta públicamente”.
A ese respecto consideró que sea nefasto el modelaje político de nuestro tiempo; que, por el contrario, nosotros tenemos que lograr que la pugna en Venezuela no sea la del insulto político entre el gobierno y la oposición que nos aleja del país que está sufriend, que hay que buscar que el tablero sea otro, es decir, el drama social y económico del pueblo venezolano versus un sistema que está diseñado para someter políticamente a nuestro pueblo.
Afirmó que en sus contactos con la gente percibe que el pueblo está claro, porque lo vive en carne propia: vive el drama de los CLAP, el drama de la carnetización, que, a su juicio, no es sino una tarjeta de racionamiento, vive el drama de los medicamentos que no se consiguen; solo que esa gente no siente más allá en el liderazgo social, más allá del político, la comprensión de lo que está pasando.
“Estamos divorciándonos del país en el drama social y humano. Nos estamos convirtiendo en parte del paisaje y en parte del problema. Si nosotros (…) no somos capaces de hacerle ver al país que los problemas de la gente son nuestros problemas, estamos volviendo otra vez a los años noventa; donde el país veía a la política totalmente divorciada de la realidad. El tercer reto más importante que nosotros tenemos para este 2017 es que nos salgamos del ring de boxeo, que es el que le encanta a Maduro, y elevar el discurso al drama humano del protagonista verdadero que es el pueblo venezolano”.
El cuarto reto que tiene la oposición para este 2017 es el de lograr con la presión del pueblo venezolano, con la presión internacional, con la organización de la gente que los eventos electorales que están planteados para este año se den como corresponde. Admitió, en ese sentido, que hay mucha gente que no ve ningún efecto en el impacto que puedan tener las elecciones de gobernadores y alcaldes para este año; sólo que propuso que viéramos las cosas al revés.
“Imaginen lo que significa para un gobierno, que yo lo califico de débil, como es el gobierno de Nicolás Maduro, el hecho de enfrentar una derrota de 15 ó 16 ó 20 gobernaciones. Imagínense lo que significa para un gobierno tan débil como éste, perder 200, de las 300 alcaldías que existen en el país. Imagínense ustedes la fuerza de la gente hablando a través del voto que quieren un cambio, que se expresa en esas elecciones”.
Al sintetizar lo dicho, Borges hizo ver que entre los cuatro puntos, que venía de bosquejar, el más importante es el de la unidad y que la dirigencia opositora tiene la responsabilidad de estar a la altura del momento; lo que significa relanzar con fuerza la unidad con una ruta política de poder cambiar el discurso entre todos, para comenzar a hablar de ese futuro que puede ser una realidad.
“Esas son las perspectivas que nosotros tenemos que hacer realidad y que nosotros como dirigentes, como líderes, tenemos que ser juzgados por nuestra capacidad o no de lograr, que eso sea una verdad este año 2017. Ahora, necesitamos de toda la sociedad venezolana en este momento cuando la MUD se encuentra en un proceso tan difícil, tan cuestionado. Es el momento en el cual a nosotros nos toca abrirnos a la sociedad entera. Pedir perdón por los errores que hayamos cometido, tener la humildad necesaria;, pero también tener la claridad para reconstruir un camino cierto para el país en sus días más difíciles”.
Enumeró varias razones por las cuales considera que estamos frente a un gobierno muy débil y frente al que no podemos caer, a su modo de ver, en la desmoralización, y que este gobierno intenta hacer todos los días sobre el pueblo venezolano, pues este gobierno se levanta todas las mañana viendo como desmoraliza al país; de modo que todos tenemos la responsabilidad de no desmayarnos, de no equivocarnos en el camino democrático que muchos piensan que es muy largo.
Enrique Meléndez vía ND