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Parte de avenida Venezuela de San Antonio, con gran cantidad de negocios cerrados
Daño, desidia, desempleo, inseguridad, maltrato y humillación por parte de los organismos de seguridad es lo que ha traído el cierre de frontera a sus pobladores; aunado a la adopción de medidas que acarrean consecuencias más negativas para el sector comercial, de servicio, empresarial y transportistas, así lo dio a conocer la presidenta de la Cámara de Comercio de San Antonio del Táchira, Isabel Castillo.
“Si la actividad comercial, aduanera e industrial ya venía en franco deterioro antes de la medida del cierre de frontera, ahora las medidas y fiscalizaciones que se han venido aplicando, por parte de los organismos del Estado como la Superintendencia de Precios Justos -Sundde-, es un punto negro más para la economía de la zona”.
Precisó Castillo que, si bien es cierto que el sector comercial está cerrado en un 70 %, el parque industrial ha dejado de funcionar en un 90 %. “En el mes de octubre y noviembre los empresarios cierran sus establecimientos para reabrir en el mes de febrero. El cierre que hay en este momento no es el tradicional, este cierre que vemos hoy posiblemente es definitivo porque muchos de los dueños de industrias están esperando que los puentes sean reabiertos para pasar maquinaria y demás inmuebles hacia Colombia e irse definitivamente del país, porque no hay esperanza de continuar en Venezuela”, dijo la vocera del sector comercio.
Que levanten la medida
Indicó la presidenta de la Cámara de Comercio que en los municipios Bolívar y Pedro María Ureña se está en una situación que no es gravedad sino de «cuidados intensivos», la cual amerita atención urgente por parte de los Gobiernos nacional, regional y municipal: “Nos están tratando como si no fuéramos venezolanos”. “Solicitamos a las autoridades que se levante la medida de cierre y se garanticen las condiciones a los comerciantes e industriales de la zona para continuar trabajando; de lo contrario, los pueblos de la frontera van a morir de mengua porque el desempleo, la inseguridad, la pobreza, terminará por desaparecerlos”, aseguró Castillo.
Para Castillo, no es justo que lo que inició por un delito en contra de unos castrenses, acción similar a la que puede cometerse en cualquier parte de Venezuela contra cualquier venezolano, sea un motivo para que salga afectado todo un colectivo: “por un delito individual se está afectando a un colectivo que está pasando por penurias”. Las pérdidas son incalculables porque la materia prima para la fabricación de bluyines se importa de Colombia.
La desesperanza reina en San Antonio
Luego del cierre de frontera, aproximadamente el 70,% de los comercios no han vuelto a subir su santamaría. La poca afluencia de compradores ha hecho que sus propietarios tomen vacaciones, realicen inventarios o simplemente obten por cerrar la tienda. Juan Carlos Orellana fabrica bluyines y los vende en su almacén, ubicado a pocos metros de la Aduana.
El comerciante aseguró que desde la declaratoria de estado de excepción a la fecha sus ventas han caído en más de un 80 %. El empresario, entre nervioso e indignado por la situación económica que vive la frontera, dijo no estar de acuerdo con el cierre. “Siempre hemos sido una zona de intercambio, traemos materia prima de Cúcuta y de aquí se llevan mercancía para allá. Nunca en los 20 años que llevo fabricando pantalones había vivido una situación igual”. La crisis en la zona de frontera se “complicó” luego de que fiscales de la Superintendencia de Precios Justos (Sundde), visitaran los comercios para establecer nuevos precios a la mercancía.
“Me obligan a vender los bluyines en cinco y siete mil bolívares. Por eso usted ve más o menos compradores en la calle. Pero yo estoy perdiendo porque la materia prima -telas, hilos, cierres y herrajes- la importé de Colombia”, precisó Orellana. De acuerdo al comerciante, en la misma situación de él se encuentran otros empresarios. “Venderé hasta que se agote la mercancía, después liquidaré al personal y cierro. Voy a esperar a ver qué pasa el 6 de diciembre, según el resultado de las elecciones veré si continuó con la empresa o la cierro definitivamente porque no voy a trabajar para perder”, puntualizó el vendedor de pantalones.
Pérdidas millonarias
Ninguna señal que indique la entrada de la temporada navideña se nota en el comercio de San Antonio. Los consultados coinciden en un común denominador: pérdidas económicas. Para Amesquita, propietario de una zapatería del centro de San Antonio, la situación comercial en el pueblo siempre había sido buena. “Para acá venía gente de Colombia y compraba en cantidades porque les parecen muy competitivos los precios con el cambio de la moneda. Del interior del país también venían compradores. Pero desde hace tres meses para acá esto ha cambiado, hemos perdido en un 70 % las ventas al detal, y al mayor ya no se vende”. Aunque la Cámara de Comercio fronteriza no maneja cifras oficiales de cuántos han cerrado sus puertas, hay quienes afirman que el sector tabacalero ha sido uno de los más afectados y desde finales de octubre dio vacaciones colectivas por no contar con la materia prima para continuar operando.