La más reciente visita de Nicolás Maduro a Cuba el pasado 9 abril suscitó varios cuestionamientos. Algunos se preguntaban cómo el mandatario venezolano se atrevía a abandonar su país en medio de las protestas masivas que comenzaban a organizarse.
Precisamente por eso surgieron las especulaciones de que Maduro habría ido a pedirle instrucciones a sus asesores en materia de represión, acerca de cómo controlar la revuelta que se veía venir en medio de tanto descontento del pueblo venezolano.
Según el anuncio oficial, el encuentro correspondiente al XV Consejo Político de la Alianza Bolivariana (ALBA-TCP), que tenía lugar en La Habana por esos días, era el motivo del viaje, sin embargo la verdadera razón del encuentro entre Maduro y su homólogo Raúl Castro fue pedirle una excepción temporal e indefinida del pago por la alimentación del personal de salud cubano, sin que ello signifique reducir la misión médica.
Venezuela, el país con una de las mayores reservas petroleras del planeta, atraviesa la peor de sus crisis y, como solución acuciante para enfrentar un proceso inflacionario sin precedentes en la historia y un evidente proceso de ingobernabilidad, acude a un recurso que pudiera parecer inusitado, teniendo en cuenta la precariedad económica del país que escoge para encontrar respaldo. Aunque parezca mentira, Maduro atravesó esta vez las aguas del Caribe, para solicitar un respiro a La Habana.
La Misión Médica Cubana en Venezuela surgió a la par que la Revolución Bolivariana y es fruto, según el portal oficialista cubano Cubadebate, de la cooperación entre dos “naciones hermanas”.
Fue un 16 de abril del año 2003 cuando la primera brigada médica de 53 galenos cubanos arribó a Venezuela. Hace apenas unos días se cumplieron 14 años. Pero, desde entonces las cosas han cambiado.
Actualmente miles de doctores cubanos que trabajaban en los barrios pobres de Venezuela están de regreso al país y otros prefieren el camino de la libertad y desertan de la misión para marcharse a otros países y recomenzar sus vidas.
También ha disminuido ostensiblemente el envío de personal civil cubano a esa nación sudamericana, algo que refrena o entibia la conveniencia de los programas sociales, como la impopular misión Barrio Adentro. Incluso, el puente aéreo entre los dos países caribeños también está disolviéndose. Cubana de Aviación hizo un alto a los vuelos regulares a Caracas y los vuelos chárter Caracas-La Habana han reducido frecuencia ante la caída de la demanda.
La repentina decisión, o disposición de emergencia, pretende poner, con apremio, una contención a lo que el impolítico y desacertado jefe de Estado venezolano considera un gasto de millones de dólares. El proceso bolivariano está en estertor y se evidencia en el descrédito del presidente y el claro desabastecimiento al pueblo en materia de alimentos, insumos médicos y productos de primera necesidad. Para sobrevivir, necesita dinero y el Gobierno cubano responde:
“Estimados compañeros. Teniendo en cuenta el momento difícil que está transitando nuestra hermana República Bolivariana de Venezuela, estamos tomando medidas con la parte logística de nuestros colaboradores”, así comienza un documento que desde el 12 de abril salió del Consejo de Estado cubano y ya circula por varias instituciones en respuesta a la solicitud que Nicolás Maduro le hiciera al presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, general Raúl Castro.
Al ministerio del Poder Popular para la Alimentación -especifica el documento que en forma de correo electrónico rebota por direcciones, que por obvias razones no incluyo- se le está haciendo imposible cumplir con el MERCAL mensual [cuota de productos básicos de alimentación], y en aras de responder a la solicitud del compañero presidente para resolver esta situación temporal, estamos haciendo gestiones con el ministerio de Comercio Interior de nuestro país para realizar envíos de recursos y hacerlos llegar a cada colaborador cubano.
“Venezuela lo que necesita con urgencia es comida”, me asegura un cooperante. “Los cubanos dependemos de lo que nos envíen de nuestro país para sobrevivir. Nos reunieron la semana pasada y nos explicaron que van a traer comida de Cuba. Solo arroz, frijoles, pasta, aceite y quizás algo de aseo personal. Todo racionado y con medida”.
Los Mercales o Mercal son abastos estatales creados por el Gobierno Bolivariano en los cuales antes podían conseguirse productos y alimentos básicos a bajos costos; hoy en día, la mayoría se encuentra desabastecidos y sus locales cerrados. El Mercal, como se puede deducir, es un invento semejante a la diabólica libreta de abastecimiento cubana.
Los médicos cubanos residenciados en Venezuela viven una suerte de penuria y es que pese a haber llegado con la promesa de ciertos beneficios, como tener un mejor salario, hoy muchos aseguran que vivían mejor en Cuba.
Y continúa el documento emitido por el Consejo de Estado cubano:
“Tarea de prioridad: Antes del domingo 16 de abril, cada una de las brigadas cubanas en Venezuela debe realizar una reunión extraordinaria donde se tomen criterios de los colaboradores tomándose en actas que se enviarán al logístico de cada Estado”.
Curioso, el costo de mantener las misiones médicas cubanas en la República Bolivariana, parece estar superando los beneficios que reporta. Lo demuestra un comentario que al final del documento firma el Dr. Roberto González Marín, jefe de la Misión Médica Venezuela y representante SMC en Venezuela: “Es necesario cerrar filas en este sentido. Los comentarios son que nuestros colaboradores se están muriendo de hambre. Además tenemos información de que se mantiene entre los colaboradores el asomo de la deserción, y otros grupos expresan interés por regresar a la patria, y es cierto que son manifestaciones lógicas a la situación que se vive”. Al parecer, esta vez, la política “caritativa” del Gobierno cubano erró la diana.
Hace muchos años mi dicharachera abuela me dijo que los cubanos somos mendigos sentados en el banco del talento.
Juan Juan Almeida García