Nicolás Maduro se va quedando solo en la región. La severa crisis política, económica y social y el camino autoritario y represivo que ha seguido el mandatario venezolano ha hecho que el presidente colombiano, Juan Manuel Santos termine de desmarcarse del régimen venezolano.
«Hace 6 años se lo advertí a Chávez: la revolución bolivariana fracasó», escribió Santos en Twitter, en el marco de las marchas, las protestas y la represión que se presentan en Venezuela. ¿Por qué hablar de un señalamiento del pasado justo en este momento? El profesor de estudios internacionales de la Universidad Central de Venezuela, Félix Arellano lo explica de manera tajante: “Una interpretación muy elemental es que cuando las cosas están mal, muchos empiezan a moverse, a desmarcarse y a intentar defenderse con frases como: ya yo lo había dicho, yo lo había advertido, pero eso demuestra también la ambigüedad que ha estado presente en el gobierno de Santos y sus relaciones con Venezuela”.
Hace un año aproximadamente, Colombia formó parte de un grupo de países amigos que buscaba el diálogo con la oposición, no obstante, desde hace unos meses y con el recrudecimiento de la crisis venezolana, el gobierno de Santos y su cancillería ya habían dado demostraciones claras de tener una postura más firme frente al gobierno de Maduro al apoyar las gestiones de Luis Almagro, secretario general de la OEA.
“Colombia ha apoyado las últimas declaraciones que se han dado en el marco de la Organización de Estados Americanos, forma parte de los 20 países que votan contra Venezuela en el seno de la OEA. Ya ha habido una definición clara, directa, que comparten el tema de la aplicación de la Carta Democrática, quizás no con la sanciones, como otros tantos países, pero ha sido una demostración clara de su postura, más allá del tuit de carácter personal del presidente Santos”, explica Arellano.
Santos, quien por mucho tiempo guardó silencio o fue muy tímido en sus declaraciones, esta semana ha tenido posturas personales y acciones de gobierno más firmes frente a Maduro.
Ordenó a su canciller, María Ángela Holguín, que abordara el tema venezolano con el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, durante una reunión que sostuvieron en Nueva York.
«Solicité a la Canciller que pida hoy (el miércoles) al Secretario General de ONU poner su atención en la preocupante militarización de la sociedad venezolana», anunció Santos.
Asimismo expresó el martes en la red social: «Vemos con seria preocupación la militarización de la sociedad venezolana. Un llamado a la cordura».
Este paso adelante de Santos abre la posibilidad para que se origine un cambio en la postura de los países del Caribe frente a lo que sucede en Venezuela. Así lo considera Arellano, quien cuestiona que los países del Caribe, “tradicionalmente muy respetuosos del juego democrático y de los sistemas parlamentarios y los derechos humanos, no hayan tenido una postura firme para cuestionar y plantear alternativas frente a la violación flagrante de los derechos humanos, el uso de paramilitares contra la población civil, los crimines de lesa humanidad y la situación extremadamente delicada que se vive en Venezuela”.
A juicio del internacionalista, sería ideal que gobiernos sensibles con el tema venezolano y con liderazgo en el Caribe como México, Costa Rica y Colombia puedan influir en un cambio de postura de los países del Caribe frente al rescate de la democracia en Venezuela. “Eso realmente le movería el piso internacional al régimen de Maduro”.
Maduro ataca
Ante los mensajes de Santos, el mandatario venezolano ha reaccionado con una amenaza: «Voy a sacar todas las grabaciones y secretos que tengo del proceso de paz, para que se sepa lo que se ha burlado el proceso de paz de Colombia. Voy a sacar toda la verdad que tengo, de más de diez años, porque me duele cómo en Colombia se burlan del proceso de paz y siguen matando dirigentes campesinos, estudiantiles, obreros», advirtió.
“Las reacciones de Venezuela eran de esperar, habla cada vez peor de lo que es su gobierno, lo poco confiable que es, lo autoritario, lo soberbio que es y demuestra que no se le puede pedir que acompañe procesos delicados; en definitiva es una falta de respeto contra el pueblo colombiano, más que contra Santos”.
Más allá del cruce de declaraciones entre ambos Gobiernos que se ha intensificado en los últimos días, la postura asumida por Colombia puede resultar en un punto de inflexión en el papel que juega la comunidad internacional.
TULIO CASAL vía Diario Las Américas