Tim Cook, presidente ejecutivo de Apple Inc., dijo que la compañía se opondrá a la orden de una juez federal para que ayude al Departamento de Justicia a desbloquear un teléfono utilizado por uno de los sospechosos en el ataque de San Bernardino, California, en el que fueron asesinadas 14 personas.
En una dura carta dirigida a los clientes y publicada en el sitio web de Apple, Cook llamó la orden un “paso sin precedentes que amenaza la seguridad de nuestros clientes” con “implicaciones que van más allá del caso legal a la mano”.
Tim Cook, presidente ejecutivo de Apple, explica los principios de Apple en cuanto a seguridad y privacidad. (Publicado originalmente el 3 de diciembre de 2015).
La orden, que está incluida en documentos legales cuya reserva del sumario fue levantada el martes, marca un punto de inflexión en la larga discusión entre Washington y Silicon Valley sobre la privacidad y la seguridad.
En el fallo, la magistrada estadounidense Sheri Pym estuvo de acuerdo con una solicitud del Departamento de Justicia para que Apple ayude desbloquear un iPhone 5C, que alguna vez fue utilizado por Syed Rizwan Farook. La juez pide a Apple que deshabilite ciertas medidas de seguridad en el teléfono, incluyendo una característica que borra permanentemente los datos del teléfono después de 10 intentos fallidos de ingresar la contraseña. Tales medidas han impedido que agentes revisen el contenido del teléfono, según el documento. Cuando el aparato está bloqueado, los datos están codificados.
Apple dijo que ha cooperado con la Oficina Federal de Investigación (FBI), en cumplimiento a órdenes de registro y citaciones. La empresa dijo que el gobierno quiere ahora que cree una nueva versión de su software para el iPhone que se salte importantes medidas de seguridad.
El fallo, escribió Cook, pide a la empresa “algo que simplemente no tenemos, y algo que consideramos demasiado peligroso como para crearlo”.
Las autoridades policiales dicen que compañías como Apple hacen que sea más difícil resolver delitos, incluyendo ataques terroristas, abuso infantil y asesinatos al incluir medidas de seguridad en los teléfonos que hacen que sea difícil o imposible para los investigadores abrirlos y examinar los datos que contienen.
El caso de San Bernardino se centra en el teléfono de Farook, quien con su esposa Tashfeen Malik es sospechoso de haber abierto fuego en una fiesta de trabajadores del condado el 2 de diciembre, matando a 14 personas e hiriendo a 22. Tanto Farook como Malik murieron en un tiroteo con las autoridades ese mismo día.