En 2008 Estados Unidos acusó a Ghazi Nasr al Din, ex representante diplomático de Venezuela en Damasco y ex presidente del Centro Islámico Chiita, de asistir financieramente al grupo Hezbolá. Es el mismo funcionario que la semana pasada apareció solicitado en la lista de terroristas de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés).
Ghazi Nasr al-Din, el libanés nacionalizado en Venezuela que ingresó esta semana en la lista de personas buscadas por el FBI, es un cercano colaborador del gobernador del estado Aragua Tarek El Aissami que se desempeña como el principal enlace entre el régimen bolivariano y la organización terrorista conocida como Hezbolá.
El Buró Federal de Investigaciones incluyó el viernes a al-Din en su lista de terroristas, solicitando al público que contacte al organismo policial en caso de poseer información sobre el también diplomático venezolano.
La nota de búsqueda fue publicada en el portal web del Federal Bureau of Investigation de EE.UU (FBI) el pasado 29 de enero de 2015, como una actualización de una previa publicada el 5 de agosto de 2014.
Fuentes de inteligencia y documentos obtenidos por el Nuevo Herald describen a al-Din como uno de los más importantes representantes del Hezbolá en América Latina, encargado de conseguir contribuciones.
Las autoridades también sospechan que al-Din forma parte de una importante red venezolana que vende drogas para financiar al Hezbolá.
“El [al-Din] forma parte de una organización que realiza los envíos de droga con lo cual Hezbolá financia sus actividades”, dijo una de las fuentes que habló bajo condición de anonimato.
Las autoridades de Estados Unidos, que actualmente investigan las vinculaciones de altos funcionarios del régimen de Nicolás Maduro y el narcotráfico, también rastrean la conexión entre la agrupación de narcogenerales denominada como el Cartel de los Soles y la agrupación terrorista.
En un breve contacto telefónico realizado el sábado, al-Din declinó pronunciarse sobre las acusaciones que están siendo formuladas contra él en Estados Unidos.
“Primero, yo soy un funcionario venezolano, y usted tendría que dirigirse a la Cancillería venezolana para que le den cualquier información que usted necesite”, dijo al-Din, quien se desempeñó como agregado comercial de Venezuela en Siria y viajaba por el mundo con pasaporte diplomático.
“Dos, el Nuevo Herald es un medio de comunicación que ha sido muy agresor contra Venezuela, con noticias, y en tal sentido, no estoy interesado en darle ninguna declaración”, agregó antes de colgar el teléfono.
El Departamento del Tesoro ya había identificado años atrás a al-Din como un agente del Hezbolá, acusándole de hacer uso de su condición de alto diplomático del país sudamericano para proveer apoyo financiero al grupo terrorista.
“Es extremadamente inquietante ver al gobierno de Venezuela emplear y proporcionar amparo a un facilitador y donante de Hezbolá”, señaló en aquel entonces Adam J. Szubin, director de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro (OFAC).
Pero la cubierta diplomática, otorgada por el propio Maduro cuando era canciller, era esencial para que al-Din pudiera moverse libremente en el exterior y para poder coordinar todas las operaciones de Hezbolá en Venezuela, explicaron las fuentes.
Hezbolá, una entidad libanesa fundada por un contingente de la Guardia Revolucionaria iraní y que es financiada por Teherán, es considerada por Washington y otros países como una organización terrorista.
Al incluirlo en su lista negra, el departamento del Tesoro dijo en el 2008 que Nasr al Din era un agente de Hezbolá en Venezuela que hacía uso de su posición como diplomático venezolano en los vitales esfuerzos de la organización de obtener financiamiento.
“Nasr al Din ha asesorado a los donantes de Hezbolá durante los esfuerzos para captar fondos y ha suministrado a los donantes información específica sobre las cuentas bancarias en las que los depósitos pueden ir directamente a Hezbolá”, declaró el Departamento del Tesoro.
“Nasr al Din se ha reunido con altos funcionarios de Hezbolá en el Líbano para discutir temas operacionales, y también ha facilitado el viaje de integrantes de Hezbolá hacia y desde Venezuela”, agregó el pronunciamiento.
Según el documento, el diplomático venezolano facilitó el viaje a Caracas de dos diputados de Hezbolá en el Líbano que buscaban donaciones y organizó los viajes de integrantes de la organización a Irán para participar en un curso de entrenamiento.
Las fuentes consultadas dijeron que Nasr al Din mantenía una línea de comunicación directa con Maduro, cuando éste se encontraba a la cabeza de la cancillería venezolana.
“Cada vez que tenía un problema contactaba directamente a Maduro, saltándose la cadena de mando, incluyendo al viceministro para Medio Oriente. Tenía una línea directa, siendo un individuo claramente identificado por Estados Unidos como uno de los elementos más importantes que tiene Hezbolá en Venezuela”, sostuvo una de las fuentes.
Fotos obtenidas por el Nuevo Herald también muestran que al-Din también era conocido por el fallecido presidente Hugo Chávez.
Pero el verdadero operador de al Din, según las fuentes, es el gobernador del estado Aragua, Tarek Tarek El Aissami, quien es la cabeza de la conexión libanesa, dijo la fuente.
Un informe del Centro para una Sociedad Libre y Segura (SFS), con sede en Washington, estableció que el gobernador y ex ministro venezolano se ha convertido en una pieza clave en los esfuerzos del Hezbolá por crear una red para financiar y brindar respaldo a sus operaciones desde América Latina.
■ El Aissami y Dante Rivas emitieron pasaportes a terroristas de Hezbolá, incluido Ghazi Nasr al Din.
El gobernador de Aragua “ha usado su prominencia política para establecer canales de inteligencia y de finanzas con los países islámicos, particularmente con Siria, Líbano, Jordania, Irak e Irán”, declaró el informe.
“A lo largo de los años, Tarek El Aissami ha desarrollado una red financiera sofisticada y de múltiples niveles que funciona como una tubería criminal terrorista para traer militantes islámicos a Venezuela y a países vecinos, y para enviar fondos ilícitos desde América Latina hasta Oriente Medio”, agregó.
Según las investigaciones del SFS, la “tubería criminal terrorista” está conformada por cerca de 40 compañías fantasma que posee activos y fondos a través de 36 cuentas bancarias abiertas en Venezuela, Panamá, Curazao, Santa Lucia, Miami y Líbano.
Tarek no es el único integrante de su familia que mantiene estrechas vinculaciones con las organizaciones terroristas de Oriente Medio.
Su padre, Zaidan El Amin El Aissami, también conocido como Carlos Zaidan, es un ardiente promotor de la Yihad Islámica y una persona cercana a Izzat Ibrahim al-Douri, un ex colaborador militar de Saddam Hussein que encabeza la insurgencia en Irak y es uno de los hombres más buscados del mundo, resalta el informe.
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El supuesto diplomático venezolano que está siendo solicitado por el FBI por sus conexiones con la red terrorista Hezbola. Acompaña el trabajo con una foto de Ghazi Nasr al-Din en un encuentro con el entonces presidente Hugo Chávez en una fecha no precisada.
En la nota del Nuevo Herald se reseña de una llamada telefónica realizada por ese diario a Ghazi Nasr al-Din.
“Primero, yo soy un funcionario venezolano, y usted tendría que dirigirse a la Cancillería venezolana para que le den cualquier información que usted necesite”, dijo al-Din, quien se desempeñó como agregado comercial de Venezuela en Siria y viajaba por el mundo con pasaporte diplomático, reseña el Nuevo Herald
“Dos, el Nuevo Herald es un medio de comunicación que ha sido muy agresor contra Venezuela, con noticias, y en tal sentido, no estoy interesado en darle ninguna declaración”, agregó antes de colgar el teléfono.
La cancillería de Venezuela ha guardado silencio ante el anuncio del FBI. Hasta el momento no se ha pronunciado sobre la nacionalidad venezolana de Ghazi Nasr al-Din, de su supuesta condición de diplomático venezolano ni sobre las acusaciones que sobre él hace el FBI.
El presidente encargado Nicolás Maduro actuó como uno de los principales promotores de las operaciones de Hezbolá en Venezuela, manteniendo un contacto directo con uno de sus principales operativos que formaba parte de su cuerpo diplomático cuando se desempeñó como canciller desde agosto del 2006 hasta principios del 2013.
Fuentes de inteligencia dijeron a El Nuevo Herald que Ghazi Nasr al Din, señalado por el gobierno de Estados Unidos como uno de los más importantes representantes de Hezbolá en Venezuela, se mantenía en constante comunicación con el actual líder de la Revolución Bolivariana cuando se desempeñaba como agregado comercial del país sudamericano en Siria.
“Maduro es quien le da cubierta a Ghazi, que es la persona que controlaba todas las actividades de Hezbolá en Venezuela”, dijo una de las fuentes que habló bajo condición de anonimato.
Ese nombramiento le procuró a Ghazi la cubierta diplomática que necesitaba para moverse libremente en el exterior, desde donde coordinaba todas las operaciones de Hezbolá en Venezuela, dijo la fuente.
Hezbolá, una entidad libanesa fundada por un contingente de la Guardia Revolucionaria iraní y que es financiada por Teherán, es considerada por Washington y otros países como una organización terrorista.
Al incluirlo en su lista negra, el departamento del Tesoro dijo en el 2008 que Nasr al Din era un agente de Hezbolá en Venezuela que hacía uso de su posición como diplomático venezolano en los vitales esfuerzos de la organización de obtener financiamiento.
Según el documento, el diplomático venezolano facilitó el viaje a Caracas de dos diputados de Hezbolá en el Líbano que buscaban donaciones y organizó los viajes de integrantes de la organización a Irán para participar en un curso de entrenamiento.
Las fuentes consultadas dijeron que Nasr al Din mantenía una línea de comunicación directa con Maduro, cuando éste se encontraba a la cabeza de la cancillería venezolana.
“Cada vez que tenía un problema contactaba directamente a Maduro, saltándose la cadena de mando, incluyendo al viceministro para Medio Oriente. Tenía una línea directa, siendo un individuo claramente identificado por Estados Unidos como uno de los elementos más importantes que tiene Hezbolá en Venezuela”, sostuvo.
En una reciente audiencia ante el Congreso, el ex subsecretario de Asuntos Hemisféricos del Departamento de Estado, Roger Noriega, dijo que funcionarios de alto rango del gobierno de Venezuela se han convertido en agentes de Hezbolá, brindando respaldo material y logístico para las operaciones terroristas del grupo, incluyendo armamento, financiamiento y hasta documentación venezolana.
“Este tipo de cooperación ha convertido a Venezuela en uno de los aliados más importantes que tienen Irán y Hezbolá en el mundo”, dijo Noriega. “Ellos tienen colaboradores que por más de una década han ocupado cargos de alto rango en el gobierno venezolano”.
Posteriormente, en una entrevista con El Nuevo Herald, Noriega describió las relaciones de Hezbolá con el gobierno bolivariano como “fuertes y de larga data”, y expresó temor de que la Revolución Bolivariana, ahora con Maduro en el timón, se acerque aún más a la organización terrorista.
“Estoy muy preocupado por la posibilidad de que esta situación empeore bajo el liderazgo más débil de Maduro, quien podría depender más de ellos –y aumentar la cooperación con estos grupos terroristas, al igual que con Irán– que Chávez. Maduro no parece contar con la fortaleza ni la inteligencia como para evaluar el costo potencial que este tipo de relación podría tener para Venezuela”, puntualizó.
Maduro, por su parte, ha desestimado la gravedad de esos comentarios, atribuyéndolos a los pronunciamientos “demenciales” de algunos ex funcionarios estadounidenses.
“Nosotros solo le decimos a los enemigos de nuestra patria, se lo hemos dicho, inclusive, a le élite de los Estados Unidos; le hemos enviado un mensaje en nombre del gobierno revolucionario al presidente [Barack] Obama: presidente Obama, pare los locos que usted tiene”, advirtió el lunes Maduro.
“Roger Noriega y [el ex subsecretario de Estado] Otto Reich siguen conspirando y manejando mucho dinero para destruir la paz social de nuestro país. Si ustedes lograran perturbar con esos locos la vida social de nuestro país […] lo que podrían provocar es que esta revolución cambie de carácter y pase de la pacífica revolución que hemos tenido […] a otras formas de hacer revolución donde nos radicalizaríamos hasta las profundidades en la búsqueda del respeto a la soberanía de nuestro pueblo”, agregó.
Luis Fleischman, profesor adjunto de Sociología y Ciencias Políticas del Wilkes Honor College, de Florida, dijo que el gobierno bolivariano, cuando el presidente Hugo Chávez se encontraba al frente, encontró gran afinidad con las organizaciones antiestadounidenses, como Hezbolá.
“Desde el inicio hubo una tendencia de Hugo Chávez de usar a toda esta gente que tiene entrenamiento para este tipo de actividades. Ayudando a algunos de los elementos de Hezbolá a recaudar dinero”, comentó Fleischman.
Uno de los componentes más importantes del grupo terrorista libanés Hezbolá, Ghazi Nasr al Din, se encuentra bajo el amparo del presidente encargado de Nicolás Maduro, quien desde 2006 se ha convertido en uno de los grandes promotores de las operaciones del movimiento armado en el país suramericano, informa en su edición digital El Nuevo Herald.
Ghazi Nasr al Din, señalado por los informes de Inteligencia de los Estados Unidos como uno de los componentes más importantes de Hezbolá en América Latina, se encuentra bajo la protección del presidente encargado de Venezuela, Nicolás Maduro, quien se ha convertido en uno de los principales promotores del grupo terrorista en el país suramericano.
El diario hispano- estadounidense, El Nuevo Herald, informa en su edición digital, que Nasr al Din formaba parte del cuerpo diplomático venezolano cuando Maduro se desempañaba como canciller desde agosto de 2006 hasta principios de 2013, lo que le ha permitido moverse libremente en el exterior con el fin de coordinar las operaciones del “Partido de Dios” tanto en Latinoamérica como en el Líbano y el la República Islámica de Irán.
El departamento del Tesoro de EEUU alertó en 2008 sobre los movimientos de Nars al Din en el país suramericano, quien aprovechó su posición de diplomático venezolano para llevar a cabo actividades de captación de fondos, sostener encuentros con altos funcionarios de grupo armado en el Líbano, facilitar el viaje de muchos de sus integrantes hacia y desde Venezuela, así como otros a Irán a fin de participar en cursos de entrenamiento.
Fundada en el Líbano 1982 por un contingente de la Guardia Revolucionaria iraní, Hezbolá es considerada por Washington y otros países como una organización terrorista atada y principalmente financiada por el Gobierno de Teherán. Sin embargo a mediados de la primera primera década de 2000 ha visto en Venezuela un importante nicho para sus operaciones, gracias a su política antiestadounidese y “antisionista”.
Con fecha 16 de Septiembre Nasr al Dim es admitido para periodo 201402 en la universidad Santa Maria de Venezuela campus la floresta en la ciudad de Caracas.