Gustavo Coronel
Un grupo de respetables compatriotas han publicado un documento en el cual abogan por un entendimiento con el régimen narco forajido. Este grupo ha elaborado un manifiesto titulado “Llamado al Entendimiento Nacional” en el cual piden al gobierno y a la Venezuela que se le opone al gobierno “poner fin a la confrontación para poder conseguirle solución a los problemas que aquejan al país”.
Según la información de prensa algunos de los firmantes del documento, Pedro Nikken, Vladimir Villegas, José María Cadenas y Francisco Suniaga, explicaron el trasfondo del escrito. El expresidente de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, Pedro Nikken, explicó que el manifiesto “Llamado al entendimiento nacional”, fue escrito para poder decirle a todo el mundo que en el país “nos vemos todos y cabemos todos”, agregando: “Los problemas del país no los solucionaremos confrontándonos unos a los otros”.
Estoy en claro desacuerdo con el Sr. Nikken. Precisamente porque en Venezuela nos vemos todos es necesario rechazar la coexistencia pacífica con quienes han traicionado las bases de nuestro convenio social y político. Los miembros del régimen narco forajido no pueden tener cabida en la Venezuela honesta y decente.
Para otro de los firmantes, el ex vicerrector académico de la Universidad Central de Venezuela, José María Cadenas, el gobierno piensa que puede hacer una Constituyente y con ella “dominar y eliminar la creciente oposición que ha aparecido y consideró que es una equivocación. Es un cálculo equivocado”.
El Sr. Cadenas dice lo correcto cuando habla del cálculo equivocado de una Constituyente que viola de manera grosera la Constitución, pero se queda muy corto. El régimen ha destruido al país. Lo de la Constituyente es apenas la última bofetada de lo que ha sido una paliza feroz a la Nación por 18 años. No se trata ya de que el régimen deba retirar su absurda propuesta constituyente. Se trata de que el régimen deberá ser expulsado del poder y sus miembros criminales enjuiciados. En esto no puede haber entendimiento.
Por su parte, el abogado Francisco Suniaga, otro de los firmantes, rechaza los términos en los que fue convocada la Asamblea Nacional Constituyente, puesto que, consideró que “es un gravísimo obstáculo para cualquier posibilidad de entendimiento”. Pero Suniaga parece sugerir que el retiro de la absurda propuesta si podría ser la base de un entendimiento. No se da cuenta el respetado Sr. Suniaga que la idea de la constituyente representa apenas el tope del témpano de abusos y crímenes que el régimen narco forajido ha cometido.
El primer llamado que hace el documento es el siguiente: “el Presidente Nicolás Maduro tiene en sus manos la iniciativa de suspender el acto electoral fijado para el 30 de julio y abrir así un compás de oportunidad para el entendimiento más amplio entre los venezolanos. En ese contexto, proponemos que la Santa Sede continúe su generosa mediación en este proceso”. ¿Qué hay de negativo en este llamado que parece irreprochable? Que se enfoca en un 10% de la tragedia que nos ha impuesto el régimen, olvidando el 90%. En efecto, la llamada a una constituyente es apenas la última estrategia del régimen. No puede ser vista por nosotros como lo único que debe ser desmontado de todo un pasado de crímenes y abusos. Una vez desmontada esa última maniobra, parece sugerir el documento, entonces si iríamos a entendernos con el régimen. Eso no puede ser. No puede ser aceptable que desmontar una grosera maniobra pueda ser todo lo que el régimen narco forajido necesite hacer para que nosotros aceptemos ir a un entendimiento. Y el documento pide que esto se haga con la ayuda del Papa. Es decir, llama al Papa a validar este paso, al cual se le da la categoría de llave que abriría las puertas del entendimiento.
Termina el documento diciendo:
“urgimos al liderazgo político del gobierno y de la oposición y a los distintos factores que componen uno y otro, así como a toda colectividad representativa que no se identifique con ninguno de ambos grupos, a que emprendan de inmediato la búsqueda de un entendimiento. Venezuela, no sólo la de su pueblo sino la de su historia republicana, necesita y reclama mucho más el entendimiento y la paz que un desenlace impuesto al país mediante la violencia”.
Este pedido final es ambiguo y peligroso. El grupo de firmantes parece ponerse pone a un lado del conflicto, dejar de tomar partido. Se constituye en una tercera entidad independiente y hasta neutral, al pedir al régimen y a la oposición a emprender de “inmediato” la búsqueda de un entendimiento. Y, además, lo hace diciendo: “urgimos a quienes no se identifiquen con ninguno de ambos grupos a emprender la búsqueda de tal entendimiento”. Es decir, hace un llamado a la constitución de una “tercera fuerza”, no ya del régimen ni de quienes se han ido a las calles a protestar masivamente, sino de un grupo nuevo que pueda ir a entenderse con el régimen narco forajido para salvar a la Nación.
Respetados amigos y amigas firmantes del documento:
No puede haber entendimiento entre el bandidaje que ha destruido a la Nación y las víctimas de ese bandidaje. Eso debería ser obvio pero, al no serlo para ustedes, es necesario decir la razón: entendernos con el régimen narco forajido validará sus acciones de los últimos 18 años, aceptará que el crimen si paga. El reconocerlo como parte integrante de un entendimiento, como interlocutor válido, implica una entrega. Como dice Thelman Urguelles, este documento debilita la posición de quienes están luchando por salir de la pesadilla. No se sale de la pesadilla incluyéndola como componente de nuestro sueño. Aceptar la pesadilla como parte, pequeña o grande, de nuestro sueño lo deforma, lo mediatiza.
Porque cuando la pesadilla se hace parte de nuestro sueño ya llevamos la semilla de la próxima tragedia en nuestros corazones.