Sin el menor rastro de duda, la trilogía de artículos que nos regaló Alberto Quirós Corradi, en su tradicional columna en las páginas de El Nacional digital, relacionados con nuestra industria petrolera y en particular con PDVSA, han sido realmente impactantes. Con su acostumbrada capacidad de síntesis y su extraordinaria habilidad didáctica, Quirós Corradi, desnuda de manera inigualable, una realidad que muchos otros hemos tratado de advertir en reiteradas oportunidades, sin la contundencia de esta trilogía que de paso, nos deja una frase lapidaria y cortante: “El ciclo del petróleo en Venezuela se cerró”.
Ante semejante afirmación, hemos escuchado a muchos de nuestros conocidos empresarios y políticos, preguntarse y responder, cosas como: ¿será esto cierto?, porque “yo no puedo creerlo”. Otros hasta afirman: “No, esto no es cierto, se trata de una exageración, de un tremendismo de Quirós Corradi”. Y así tantas otras expresiones y conclusiones que, aun aquí a la distancia, hemos podido atender y hasta debatir.
Nuestra respuesta ha sido muy clara, Alberto Quirós Corradi tiene razón, la Industria como la conocimos, la PDVSA que construimos, son sencillamente irrecuperables, han sido asesinadas por una banda de forajidos y filibusteros que además la han saqueado y esto es, para siempre.
De manera invariable, hemos tenido un profundo respeto por Alberto Quirós Corradi y su trayectoria dentro de la Industria, porque, desde nuestro punto de vista, un hombre que paso de ser “office boy”, en la anglosajona Shell, hasta ocupar la Presidencia de su derivada nacional Maraven, S.A., filial de Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA), tiene que tener “un mundo en la bola”. Nuestra primera oportunidad de conocerlo, aunque de manera tangencial, fue cuando ocupó, de manera breve (forma parte de una historia con muchos “piquetes”), la Presidencia de Lagoven, S.A., otra filial de PDVSA, empresa en la cual prestábamos nuestros servicios profesionales.
Sin embargo, circunstancias profesionales relacionadas con nuestro interés gremial nos llevaron a ocupar la Presidencia de la Sociedad Venezolana de Ingenieros de Petróleo (SVIP) en dos oportunidades y organizar dos Congresos de Petróleo, en 1990 el IV Congreso y en 1994 el V Congreso. En la oportunidad del V Congreso y al momento de postular y seleccionar al Presidente del evento, tomamos una decisión que podríamos calificar como polémica o traumática, postulamos para que ocupara dicho cargo, por primera vez, un profesional que no era ingeniero de petróleo. Postulamos, luego de algunos debates, a Alberto Quirós Corradi. Fue en esos meses precedentes, donde tuvimos la gran oportunidad de compartir de cerca y de manera continua con Quirós Corradi. Acompañado por nuestros grandes amigos y tutores José Gregorio Páez y Humberto Peñaloza, ambos ya fallecidos.
En el marco de este V Congreso, cuyo lema era “La Industria del Petróleo Venezolano hacia el Nuevo Milenio”, se produjeron debates candentes y muy interesantísimas discusiones con la presencia de presentadores de las distintas corrientes del pensamiento. Se trataba de centrar nuestros esfuerzos en la búsqueda de los mejores caminos que permitieran a la Industria avanzar con seguridad y sin tropiezos hacia el futuro.
Con un temario ambicioso, tocando temas como la Privatización de la Industria, la Industrialización Foránea de los Hidrocarburos Venezolanos (Internacionalización) y la Industrialización Local.
Producto del debate generado por las ponencias que fueron realizadas por 49 expositores: 10 de PDVSA y Filiales; 4 Organismos de la Administración Pública; 5 Organizaciones Políticas, 4 Centros de Estudio, investigación y divulgación económica; 21 empresas privadas o profesionales independientes; 2 Federaciones sindicales, se generaron algunas Conclusiones y Recomendaciones que nos permitimos recordar y que consideramos constituyen hoy, 20 años después, parte importante del actual debate. Algunas que, por haber sido desatendidas, han contribuido con la lamentable y caótica situación actual de la Industria y de PDVSA. Veamos lo que el Congreso concluyó y recomendó:
– Brinda apoyo a una apertura gradual y selectiva al capital privado nacional y foráneo en la exploración y explotación de áreas nuevas, actividades “corriente arriba” hasta ahora reservadas a PDVSA & Filiales.
– Considera extemporáneo el planteamiento sobre la vienta o disposición de acciones de PDVSA, en Venezuela o en el exterior.
– Respalda la elaboración de un nuevo instrumento que recoja toda la materia legal referida a petróleo, productos refinados, gas natural y bitumen natural. Tal reforma debe ser diseñada con visión de futuro – cuarenta a cincuenta años plazo- para que atienda las nuevas opciones de apertura arriba contempladas, apoye esfuerzos orientados a mejorar la productividad de la IPV y desestimule la concepción rentista que sirva de sustento a algunas leyes vigentes.
– Expresa su posición favorable a los cambios legales e institucionales orientados a obtener un esquema rentable y no regulado que conduzca a la eliminación del monopolio estatal en el mercado de hidrocarburos en el país.
– Sugiere no elevar los precios de la gasolina o de los otros combustibles a los niveles de precios de exportación y, en línea con el punto anterior, recomienda que el precio de los combustibles a puerta de refinería deberá cubrir los costos más una ganancia razonable para PDVSA & Filiales.
– Se manifiesta de acuerdo con la estrategia de integración vertical “corriente abajo” de PDVSA & Filiales en centros foráneos de alto consumo de petróleo importado, por la múltiples ventajas de flexibilidad operativa y comercial que proporciona y el valor agregado que genera en los mercados así adquiridos.
Existen por supuesto, muchísimas conclusiones y recomendaciones que como las anteriores, constituyen materia pendiente, han sido desvirtuadas o ignoradas, algunas hasta totalmente contrarias. Impresiona que 20 años después de este Congreso, presidido por Alberto Quirós Corradi, cuyo lema era “La Industria del Petróleo Venezolano hacia el Nuevo Milenio”, ahora, haya sido destruida y que, precisamente Quirós Corradi sea quien concluya que “El ciclo del petróleo en Venezuela se cerró”.
Para finalizar nuestra nota semanal, horas después que Rafael Ramírez aceptara que ciertamente se está vendiendo todo el sistema CITGO, es decir parte vital del futuro de nuestros hijos, queremos compartir un texto que tuvimos oportunidad de leer en el discurso de clausura del otro Congreso, el IV Congreso Venezolano de la SVIP, en 1990, como Presidente de la SVIP. Citamos en aquella oportunidad una nota de Andrés Eloy Blanco (si nuestro poeta), publicada en El País, el 21 de agosto de 1945 y que ya preveía las consecuencias, nada alentadoras, de que nuestra economía fuera a depender exclusivamente del petróleo, del rentismo y además, muy mal administrado. Decía el poeta:
“Ojalá no terminemos como aquel malogrado compatriota que tuvo la fortuna de casarse con una mujer poco amiga de preparar platicos. La despreocupada señora le servía a su marido un mismo plato (carne frita) en todas las comidas y todos los días. El cónyuge no protestó jamás. Y el día en que cumplió un año de casado, se vistió de nuevo, se fue al puente Guanábano y se lanzó al abismo. En el bolsillo le encontraron un papel escrito de su puño y letra, con estas palabras memorables: Adiós, carne frita”.
Quiera Dios que el pueblo venezolano, este pueblo que camina sobre millones, no tenga que encaminarse un día al histórico puente de las tristezas finales, con un papelito en el bolsillo que diga: Adiós, petróleo.