Este es un problema de voluntad política y de decisión de combatir con eficacia a las bandas organizadas que operan al sur de Aragua. De tal manera se expresó Simón Calzadilla, en torno a las acciones delictivas que mantienen en zozobra a las poblaciones de la entidad y de la fronteriza Guárico.
La incursión del hampa más reciente se produjo este domingo cuando cuatro funcionarios policiales resultaron heridos en la localidad de Barbacoas, en el, municipio aragüeño Urdaneta, tras ser atacado un destacamento de seguridad por miembros del peligroso grupo de “El Picure”, fuertemente armados, mientras intentaban rescatar a dos maleantes detenidos.
Señala que la zona de operaciones de quienes se encuentran al margen de la ley abarca un corredor vial que va desde El Sombrero, pasando por Barbacoas, Camatagua, San Casimiro, San Sebastián de los Reyes y San Juan de los Morros, principalmente.
“Ha sido impresionante cómo se han fortalecido estas bandas durante el último año, cómo han logrado tomar el control de todo; inclusive, hay mucha desconfianza de los funcionarios policiales – hace dos meses se llevaron detenidos de San Casimiro a siete funcionarios de la Policía de Aragua porque tenían armamento incautado pero no entregado a la fiscalía y estaban negociándolo -. La población tiene suma desconfianza y, obviamente, los policías honestos y los guardias nacionales honestos nos han comentado que se sienten impotentes porque no reciben el apoyo necesario: muchas veces saben dónde están ubicados los campamentos y dónde están ubicados estos delincuentes y desde Caracas o desde Maracay no les autorizan a actuar. Eso es algo sumamente extraño”, denunció Calzadilla.
El portavoz lamenta que el reciente crimen de un productor agrario de origen extranjero haya motivado a las autoridades a ser más diligentes con el tema de la inseguridad. “¿Cómo es posible que tuvieron que esperar a que una banda
de San Casimiro tuviera que secuestrar y asesinar a este comerciante extranjero junto a dos trabajadores venezolanos para que presionaran a la embajada de España, a fin de que actuaran la Unidad Antiextorsión y Secuestro del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), acompañada por la Guardia Nacional Bolivariana?”, se pregunta el declarante, quien añadió que los comerciantes del área viene desde hace tiempo denunciando las fechorías de los facinerosos.
“El Picure”: amo y señor del territorio
Simón Calzadilla aseveró que no se trata solo de “El Picure” – nombre con el cual se conoce al delincuente José Tovar Colina – sino de varias organizaciones irregulares las que se han “apoderado” del citado territorio. “En ese perímetro, sencillamente, todos los vecinos están sometidos por el control de estas bandas de delincuentes organizados que tienen interconexión, pues se ha descubierto que se comunican entre ellas, inclusive, con elementos que están en las cárceles”, dijo.
“Estas bandas están plenamente identificadas, todo el mundo sabe quiénes son, dónde están, cómo se mueven; sin embargo,no se observa actuación articulada de la Policía, de la Guardia Nacional, del Gobierno Nacional; prácticamente los pocos agentes que hay y los uniformados de la GNB son, más bien, víctimas de los propios delincuentes – en la alcabala de Pardillal, hace unos siete meses mataron a un efectivo castrense, en Barbacoas mataron a otro – y eso queda totalmente impune”.
“La verdad es que la situación de desidia en cuanto al problema de la inseguridad en el sur de Aragua es terrible. Hace, apenas, tres años, este tipo de cosas no la observábamos: había delincuentes comunes, pero este tipo de estructuración de bandas organizadas que actúan en extorsión, en secuestro, en robo de vehículos, es una cosa novedosa que tiene aterradas a todas las comunidades, hasta el punto de que a las seis, a las siete de la noche ya nadie está en las calles”, subrayó.
Ciudadano indefenso y sin autoridades que lo protejan
“La población vive en un solo estado de angustia, los jóvenes tiene miedo hasta de portarteléfonos celulares, las unidades del transportes públicos son atracadas permanentemente, nos sentimos abandonados, inseguros. En San Casimiro, hubo un paro de comerciantes hace tres meses porque casi matan a un miembro del gremio; ellos están obstinados del cobro de vacunas, de la extorsión. Se hicieron las quejas respectivas, las autoridades prometieron que iban a actuar pero no han hecho nada; la Policía de Aragua hace un operativo un día y al otro día no, monta una alcabala por un día y por cinco días no están. Además, quienes velan por la ley y el orden poseen un armamento inferior al de quienes combaten. Y si agarran a alguien no tienen dónde confinarlo, porque los retenes carcelarios están abarrotados”, explicó.
“Este es un tema extremadamente delicado, que queremos enfrentar sin politizarlo, sin convertirlo en bandera electoral; la angustia es tanto del que apoya al oficialismo como de quienes lo adversa, esto es algo que nos afectando a todos y todos queremos que el Gobierno Nacional, el regional, las administraciones municipales interactúen. Cuando Miguel Rodríguez Torres estuvo al frente del ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz hubo una labor de colaboración con el alcalde Carlos Miranda, en San Sebastián de los Reyes, lográndose reducir los índices de criminalidad”.