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El economista en jefe de HSBC, Stephen King, aseguró que las economias de Estados Unidos y las mundiales están a punto de chocar contra el próximo Iceberg -otra recesión- en un futuro cercano.
«Están navegando a través del océano sin botes salvavidas que utilizar en caso de una emergencia, los medios para estimular el crecimiento, tales como la reducción de las tasas de interés o elevar mucho el gasto del Gobierno no están disponibles ahora», consideró.
El estratega británico de la Société Générale Group, Albert Edwards, opina que los bancos centrales occidentales deben alistarse para afrontar una versión aun más grande de la crisis financiera mundial de 2008.
Su argumentación parte de que varios entes emisores de esa parte del planeta durante la última crisis imprimieron dinero para comprar activos, lo cual ayudó a inyectar liquidez en los mercados y estimuló la economía en general, pero su efecto no será prolongado, opinó.
Dicha política de expansión cuantitativa (una herramienta de regulación monetaria utilizada para aumentar la oferta de dinero) se utiliza cada vez más por los bancos centrales occidentales, hecho que, según Edwards, conducirá a nuevas crisis financieras mundiales.
También especialistas del portal vestifinance.ru apuntan que no se puede desestimar la consolidación de las bases para una nueva crisis que tiene lugar en la economía global, y mencionan la caída del mercado de materias primas y endeudamiento de algunas economías, en particular las europeas.
En tal sentido, consideran esos movimientos como sismos que golpearon al comercio mundial a lo largo del tercer trimestre del año, en tanto prevén que agosto podría ser un período de transición antes de la llegada de un colapso global.
El sitio web vestifinance.ru menciona entre los mayores riesgos actuales al retroceso del mercado de materias primas, con los metales preciosos como una de las más vulnerables, además del trigo con una situación preocupante también en declive, sin descontar los precios del petróleo en retroceso: el Texas con un 21 por ciento y el Brent un 18 por ciento.
También tuvieron en cuenta en sus análisis y previsiones el moderado crecimiento del Producto Bruto Interno (PIB) de Estados Unidos, muy por debajo de lo previsto desde 2011, y el incumplimiento de Puerto Rico, por primera vez, del pago de su deuda estimada en 72 mil millones de dólares.
Las consecuencias de ese impago aún son inciertas, pues la economía de Puerto Rico está en total declive según su gobernador, Alberto García Padilla, ya que tiene una tasa de desempleo del 12 por ciento, más del doble de la media de Estados Unidos, y una deuda per cápita mucho mayor que cualquier otro Estado norteamericano.
A ello se suma que aún es latente el peligro de una salida de Grecia de la Eurozona, en tanto el Fondo Monetario Internacional y Alemania no aceptan un tercer rescate a la nación helena, aunque están en marcha las negociaciones que esperan concluir esta semana.
De acuerdo con otras previsiones publicadas por Rusia Today, Italia puede repetir el panorama griego al acumular una deuda del 135 por ciento de su PIB y un desempleo juvenil del44 por ciento, el mayor índice en los últimos 38 años.
No gusto son cada vez más los que plantean que el colapso del sistema financiero de 2008 solo fue diferido por las políticas de estímulo financiero, la impresión de dinero barato y los estímulos cuantitativos.
De ahí que lo que no ocurrió ese año está por llegar en 2015, ya que el desmoronamiento del sistema financiero está en pleno desarrollo, lo cual confirma que la aparente calma de los mercados financieros y la aparición de nuevas burbujas enmascara la verdadera crisis.
Actualmente la deuda total a nivel mundial ha pasado del 260 por ciento del PBI a 280 por ciento, escenario que está a punto de reventar con una nueva crisis financiera global, marcada por la caída de los precios de los commodities y las tasas de crecimiento.