Por supuesto que la democracia es diálogo y no puede haber democracia donde no hay disposición y vocación para dialogar.
Sobre todo, en circunstancias que la conflictividad política y social se desborda, amenaza con un escalamiento de la confrontación, y las partes, deben negociar para evitar males mayores.
Ahora bien, hablamos de diálogo y negociación entre factores democráticos, porque si nos referimos a dictadores totalitarios, como los que nos trajeron las ideologías nazi y marxista durante el siglo XX, el diálogo, lejos de ser una herramienta para la solución de conflictos, puede resultar para gravarlos, pues tales especímenes políticos hacen de la división, la violencia y la guerra los caldos de cultivos ideales para su permanencia y sobrevivencia.
Por eso, cuando a los demócratas se le aparecen los totalitarios “dialogantes”, auspiciadores del diálogo, deben pensar muy bien las circunstancias en que lo solicitan y si no acuden al mismo para prolongar la agonía en que siempre someten a sus pueblos.
En breve, que este es el caso en que el dictador Maduro se ha presentado ante la MUD, cual suplicante, al parecer gravemente afectado por la crisis humanitaria que vive el país y angustiado por las soluciones.
¿Pero se le puede creer a Maduro, cuando la Constitución vigente ofrece como salida a conflictos cómo los que hoy vive el país, la convocatoria a un Referendo Revocatorio para que el pueblo decida si el jefe del Estado debe permanecer o abandona el cargo?
¿Y por qué si la vía es expedita y el pueblo ya demostró durante la recolección del 1 por ciento de las firmas, y su validación, que la ha asumido, Maduro, continúa escabulléndose y, recientemente, eliminó el siguiente paso que es la recolección del 20 por ciento?
Pues, simplemente, porque Maduro no quiere el Referendo Revocatorio, lo rechaza porque sería el fin de su nefasto mandato y se recuesta del diálogo como un pretexto para darle larga a las soluciones de modo que, no ahora, ni el próximo año, sino en el 2018, cuando se le venza el período, sea cuando se piense en separarlo del poder.
Son artimañas que conoce muy bien el pueblo y por eso le ha dicho NO al diálogo de Maduro, a menos que antes de empezar se comprometa a respetar el RR, libere los presos políticos, termine con la violación de los derechos humanos y la Constitución sea restituida plena y absolutamente.