Desde luego que hablar de Unidad en los dramáticos y terribles días que vive Venezuela, es un tema que obliga a quienes, desde los partidos, la calle y los medios, queremos ponerle fin cuanto antes a la dictadura comunista que busca reducir a polvo y ceniza la heredad que recibimos de nuestros Libertadores y que tanto nos ha costado preservar.
Pero la Unidad no puede ser para soslayar errores, y, aún más, para ocultarlos, y permitir que causas que inciden para que Maduro y sus mafias se mantengan en el poder, sigan sucediendo.
Y hablamos de alcahuetear, que, sin duda, es un verbo duro, muy duro, pero que tiene aplicarse cuando de buena o mala fe, se pretende que callemos los déficits, omisiones y comisiones que dañan gravemente la causa de la lucha por la libertad porque se quieren evitar fractura y divisiones. Y comprendemos la preocupación, pero sin que por ello tengamos que dejar de señalar los errores y sus autores, algunas veces para esperar que los corrijan, o si no para que abandonen los cargos que el pueblo les confió política y legalmente.
En definitiva que, no tememos desbordarnos en nuestro afán de que se conozca la verdad, aunque ello nos procure la acusación de enemigos de la Unidad, si con ello logramos que no se sigan cometiendo los errores que tanto daño han ocasionado y sus autores sean objeto de las sanciones democráticas y ciudadanas que merecen.
Por ello, nuestra consigna es y será siempre: Unidad pero de verdad, sin que se soslayen, oculten o alcahueteen los errores de nadie, ni a nombre de una ficción que por muy bella que parezca no existe, y le causa una grave daño a la democracia, la libertad y a Venezuela.