Venezuela necesita de manera urgente y dramática que la sociedad civil vuelva a la calle, y que, tal como sucedió el 1Sep y el 26Oct pasados, cientos de miles, millones de venezolanos demuestren que su pasión es la libertad y la democracia y que no cejarán hasta verlas restablecidas en el país.
Y para ello, ninguna fecha más apropiada que el próximo lunes 23 de enero, al cumplirse 59 años de aquel 23 de enero de 1958, cuando el pueblo se rebeló para rescatar la democracia y lograr que, por 40 años, tuviéramos la época de mayor prosperidad, legalidad y paz social conocida hasta entonces.
No se nos oculta que los retos de hoy son más difíciles, complejos y desesperados, pues, a diferencia de quienes enfrentaron y derrotaron a la dictadura militar de derecha del general, Marcos Pérez Jiménez, los venezolanos de hoy enfrentamos a una dictadura cívico-militar de izquierda, socialista y totalitaria que, aparte de destruir la economía, también viola los derechos humanos y constitucionales de manera implacable y masiva.
Pero que jamás contó con la indiferencia y la pasividad de los ciudadanos y la sociedad civil que, durante 17 años, no le han dado tregua ni a Chávez, el fundador del modelo, ni a Maduro, el sucesor.
Es cierto que, por momentos, hubo razones para que las mayorías se confundieran a causa de errores que solo pueden atribuirse a la dirigencia, pero sin que ello significará que perdieran el ímpetu y cayeran en la desesperanza y la resignación.
No, el pueblo de Venezuela y la sociedad civil son de acero y aprueba de adversidades, como se ha rebelado en distintas circunstancias en que, a pesar de desvíos, siempre estuvo presto a retomar el camino y continuar.
Se demostrará el próximo lunes 23 de enero, cuando nos reencontraremos en la calle para gritarle a la dictadura y sus aliados de siempre y de última hora que no nos rendimos porque luchar y vencer es nuestra decisión de vida.