Que Venezuela es buena paga. Que la inseguridad es culpa de una “guerra criminal” contra su gobierno. Que la escasez es inducida. Que la oposición atacó el derecho a la alimentación. Si al presidente Nicolás Maduro le hubiese crecido la nariz por cada mentira, evasión o información que ocultó durante la presentación de su Memoria y Cuenta 2016, quizás no hubiese cabido en la camioneta que lo sacó de la sede del Tribunal Supremo de Justicia este domingo, donde llevó a cabo su exposición en lugar de hacerlo ante la Asamblea Nacional, como correspondía.
Durante casi cinco horas, el mandatario se dedicó a comentar cómo él -un “humilde obrero”, como se identificó al menos 5 veces en la alocución- había combatido con capa y espada un año “largo y duro” del cual, de acuerdo con su percepción, había salido airoso porque ni la “guerra económica”, ni el imperio, ni los parlamenterios en desacato, pudieron sacarlo del poder.
Alimentación
1.- Durante su memoria y cuenta de 2016, Maduro dijo que desde la oposición se habían alentado “ataques al derecho de la alimentación” y que el país aún sufría de una “escasez inducida” que su gobierno había combatido a través de los Comités Locales para la Alimentación y Producción (CLAP).
Pero olvidó mencionar que su administración había dejado de garantizar ese derecho a la alimentación incluso en instituciones que dependen directamente de su despacho, de su gabinete. Ese fue el caso de los hospitales, donde los pacientes tuvieron que ingerir comidas que no les correspondían o quedarse sin el servicio; de universidades públicas, donde se cerraron los comedores de los estudiantes por falta de presupuesto; de escuelas, donde las cocineras debieron hacer magia para rendir la comida que llegaba y variar la dieta de los niños que se alimentaban, en algunos casos, sólo con la merienda escolar; de ancianatos del Seguro Social, donde los abuelos dejaron de recibir las tres comidas al día; de cárceles y calabozos policiales, donde varios reos murieron por desnutrición.
El Ejecutivo dejó de cumplir su responsabilidad con millones de venezolanos quienes, al no poder cubrir sus necesidades básicas, debieron alimentarse de la basura. El fenómeno masivo se acentuó durante el año pasado y un estudio de More Consulting señaló que 15% de la población había admitido haber recurrido a los desperdicios para poder comer. Además, reveló que 53% de los habitantes del país había dejado de hacer una comida al día.
Maduro tampoco comentó que la destrucción del aparato productivo de la nación -que comenzó en la era Chávez con cientos de expropiaciones y que su gobierno continuó al imponer numerosas restricciones para el comercio- es una clave esencial para explicar la escasez. La Misión Alimentación depende, cada vez más, de las importaciones de productos que dejaron de elaborarse en Venezuela -como es el caso del azúcar, debido a que más de 50% de los centrales azucareros están paralizados-. Es así desde 2013, primer año de mandato del actual presidente, y esto se comprobó en la memoria y cuenta de la mencionada cartera en ese año, en la cual se indicó que las compras en el exterior habían aumentado 51% .
2.- El jefe de Estado apuntó que “los CLAP han cumplido su propósito de golpear al bachaquerismo” o la reventa de productos básicos. Tímidamente señaló que en algunos comités se habían infiltrado “viejos vicios” que tenían como fundamento el “bachaquerismo criminal”, pero aclaró que estos casos eran minoría.
Lo que evitó decir es que los CLAP se convirtieron en una nueva forma de sacar partido de la crisis. Los más beneficiados son sus propios miembros, los más cercanos a la revolución, pues aprovechan para ganar comisiones con el transporte de los “combos”, no entregan factura de los bienes vendidos, y comercializan aquellas bolsas que dejan de venderse en sus comunidades.
Maduro ni siquiera se detuvo a hablar de cómo la corrupción se había internado en las distintas etapas del comercio de los alimentos y de cómo los militares, a pesar de llevar las riendas del Ministerio de Alimentación desde hace años, no habían frenado el fenómeno sino todo lo contrario: se descubrió que eran el puente para que los productos llegaran hasta los bachaqueros.
Tampoco se refirió a los Informes de la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario (Sudeban), en los cuales se identificó al bachaqueo como un mecanismo para lavar dinero. El delito fue dado a conocer por Mildred Camero, ex presidenta de la Comisión Nacional contra el Uso Ilícito de las Drogas (Conacuid) y experta en materia de drogas, quien afirmó que funcionarios de la institución habían notado incrementos desproporcionados en las cuentas bancarias de revendedores, que eran al final fondos provenientes de la venta de drogas.
Seguridad
1.- “Venezuela lo que a Colombia le da es puro amor, apoyo y solidaridad”, dijo el presidente Maduro sobre la supuesta atención y apoyo que su Gobierno le dado al pueblo colombiano.
Sin embargo, 2016 cerró con 1.381 colombianos deportados. Durante el Gobierno de Nicolás Maduro se incrementaron las deportaciones y violaciones de DD HH de ciudadanos colombianos. Algunos fueron detenidos ilegalmente durante la OLP y llegaron a permanecer detenidos sin un proceso judicial adecuado.
2.- “La guerra criminal es uno de los frentes que nos han metido. Pagando delincuentes, sembrando delincuentes para generar zozobra y angustia”, dijo Maduro intentando buscar una explicación externa al problema de la criminalidad que hay en Venezuela y que su Gobierno no ha logrado frenar ni con la Operación de Liberación del Pueblo (OLP).
La realidad es que el Gobierno creó las zonas de paz y entregó a las bandas delictivas territorios completos (Barlovento, Valles del Tuy, Cota 905, El Valle, El Cementerio), donde estos grupos secuestran, extorsionan, venden droga y roban vehículos. En otros sectores del país, como el estado Mérida o la parroquia 23 de Enero, son los colectivos (asociados y financiados, en algunos casos por el instituciones del Estado) los que generan la violencia.
Adicionalmente, el número de homicidios ocurridos en el país durante 2016 aumentó nuevamente. Según proyecciones del Observatorio Venezolano de Violencia, en Venezuela ocurrieron 28.479 homicidios con un tasa de 98,8 por cada 100.000 habitantes el año pasado.
3.- “Sin lugar a dudas Tareck El Aissami es el mejor ministro de Ministro de Relaciones Interiores que ha tenido el país”, dijo Nicolás Maduro para justificar que encomendó al nuevo Vicepresidente de la República la tarea de reducir la criminalidad.
Pero Maduro no ofreció ningún argumento que respaldara su afirmación sobre El Aissami, que hizo que los homicidios aumentaran en 60%, durante su gestión. La cifra pasó de 13.156 en 2008 a 21.692 en 2012, según estadísticas del OVV.
Además mientras El Aissami fue ministro perdió el control del sistema carcelario del país y el entonces presidente Hugo Chávez se vio obligado a crear el Ministerio de Servicio Penitenciario.
Finalmente antes de asumir la Vicepresidencia, El Aissami, quien era gobernador del Estado Aragua, posicionó esta entidad como las más violenta del país, con una tasa de 142 homicidios por cada 100.000 habitantes.
Economía
1.- Maduro se ufanó de haber cancelado 60 mil millones de dólares de deuda externa y no haber caído en default. Denunció un complot para declarar al país en mora. “Venezuela es el país que ha cancelado más compromisos internacionales en el mundo entero”, dijo.
Lo que ocultó es que para saldar el compromiso fuera del país aumentó el déficit interno en dólares entre 35 y 40 mil millones, según la firma Ecoanalítica.
“Venezuela es buena paga, cancelamos dos días antes para que no digan nada. El país seguirá cumpliendo todos sus compromisos internacionales”, aseguró el mandatario. “Hay una orden de la reserva federal financiera de Estados Unidos para bloquearnos”, agregó.
Según cifras emitidas por el propio jefe de Estado este domingo, los ingresos de divisas al país cayeron en 2016 a 5 mil 291 millones de dólares, una contracción que significó el 60% en comparación con 2015.
2.- “La defensa del salario no ha dejado de ajustarse con un incremento acumulado de 454%. Seguirán realizándose hasta que podamos contar con un aparato productivo fuerte. Los precios suben a consecuencia de la guerra económica. Buscamos proteger a los trabajadores”.
Con esa frase, Maduro reconoció que no podía controlar la inflación y por eso aumentó el sueldo mínimo en cuatro oportunidades durante 2016 y una en 2017.
Con incrementos de salarios inconsultos a sindicatos y a empresas privadas como lo establece el artículo 111 de la vigente Ley Orgánica del Trabajo, Maduro prometió bajar el desempleo a 4,7%. Según el Fondo Monetario Internacional la tasa de desempleo aumentará de 18,1% en 2016 a 21,4% en 2017.
El FMI informó que con la inflación estimada de 700% para el cierre de 2016, Venezuela presenta “el peor desempeño en materia de crecimiento y de inflación a nivel mundial“.
3.- Extendió por cuarta vez la vida del billete de 100 bolívares, luego de que en diciembre desatara una especie de Armageddon al darle un lapso de 72 horas a la actual moneda de máxima denominación. “Le pegamos un buen golpe con el ‘Cienbolazo’. Mañana (este lunes 16) salen progresivamente los nuevos billetes, ya el BCV y la FANB los están distribuyendo. Vamos a regularizar la moneda venezolana, a agarrarse los pantalones las mafias de la frontera”.
Hasta ahora Sudeban (la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario de Venezuela) no ha informado sobre la llegada de los nuevos billetes a las entidades. Seguiremos esperando.
Vivienda
1.- “Rompimos el récord (de construcción) de viviendas. Milagro de Dios, milagro de la Revolución”. Con esa frase, Maduro celebró que, pese a la crisis del último año, su gobierno haya podido levantar 370 mil inmuebles, un número jamás alcanzado por otra administración en Venezuela.
Esa cifra, sumada al millón que supuestamente había edificado la Misión Vivienda hasta 2015, da un total de 1.370.000 casas o apartamentos. En cuatro años de gestión, Maduro asegura haber entregado 1.023.000 construcciones residenciales.
Pero ya el pasado viernes 2 de diciembre de 2016, el Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea), había negado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos los números del Ejecutivo. Esto en el marco de la audiencia “Derecho a la vivienda en Venezuela”, solicitada por el Estado venezolano, cuya delegación estuvo liderada por Larry Devoe, secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Derechos Humanos, junto a funcionarios del Ministerio de Hábitat y Vivienda.