Factor Malaver
Maduro tiene problemas con su partida de nacimiento. Lo más probable es que no la tenga porque se niega a mostrarla.
Negativa que en sí, lo convierte en una infractor de la ley, pues los códigos Civil y Penal son taxativos en el sentido de que, cualquier residente en el país que se niegue a identificarse, debe ser llevado a la autoridad policial más cercana, detenido y deportado.
Y es que, si Maduro no tiene partida de nacimiento, tampoco debe tener cédula de identidad y, mucho menos, pasaporte.
Que es lo que, de acuerdo a la normativa legal vigente, se define como un “indocumentado”, individuo cuya existencia legal no existe.
Sobre todo para ocupar cargos en el Estado, que es la estructura institucional más importante del país, y por tanto, solo puede ser operada por venezolanos o extranjeros plenamente identificados. Hasta ahora el tipo es un ciudadano de ninguna parte.
Maduro debe demostrar que es venezolano por nacimiento y no tiene otra nacionalidad, pues la constitución vigente establece que solo los venezolanos que llenan estos requisitos pueden aspirar y ejercer la Primera Magistratura.
Requisitos que, se suponen, fueron solicitados por el CNE, la Fiscalía y el TSJ al candidato Maduro en el 2013, pero que si se obviaron, no solo se hizo cometiendo una extrema ilegalidad, sino violando la constitución y los Códigos Civil y Penal.
En cuanto a Maduro, es urgente que despeje las dudas sobre su nacimiento y nacionalidad, pues si no, debe ser objeto de un juicio por fraude que, de ser comprobado, acarrearía su destitución y encarcelamiento.
Aunque se debe alertar a la población que dado los antecedentes del personaje, no es descartable que haya acudido a los agentes del G2 cubano que operan en el país y que controlan los Registros Civiles y del Saime para que le procuren identificación falsificada, de la más alta calidad, pero fraudulenta.
Son consecuencias gravísimas para la paz y la estabilidad de la República que deben ser evitadas, si es que Maduro presenta una partida de nacimiento que debe ser constada para que no queden dudas de su legalidad, y si no, no queda más remedio que destituirlo, enjuiciarlo y encarcelarlo por tan escandaloso delito.