Lo advertimos por todos los medios y durante mucho tiempo: el único interés de Maduro en el diálogo se reduce a la foto que recorrerá el mundo y anunciará que en Venezuela se inició un diálogo y él, el sucesor de Chávez, es un presidente tan demócrata que, a pesar de lo que dice la oposición, se sienta y negocia los términos en que, debe ponérsele fin a la crisis humanitaria que le estruja el corazón a Venezuela.
Así, por lo menos, lo percibirán el Papa, Banki Moon, el presidente Barack Obama, y otros presidentes de América Latina para quienes, sorprendentemente, Maduro, es un hombre pacífico, casi un demócrata, y a quien, solo hay que darle la oportunidad de demostrarlo.
Por extraño que parezca, también parecen ser los pensamientos y sentimientos que abrigan hacia el segundo verdugo de la democracia venezolana (el primero fue Chávez), algunos dirigentes de la MUD que, corrieron el domingo pasado a darle el beneficio de la duda y a participar en un diálogo patrocinado por el Vaticano, y donde, el “hombre de los hermanos Castro en Caracas”, está haciendo lo que hizo en 2014 con un diálogo parecido y ha seguido perpetrando cada vez que la oposición ha creído en tales añagazas.v
Pero pasado el clic, conseguido el efecto del flash, oídos los aplausos y los hurras de los progres y a los izquierdistas, a quienes fascinan estos “actos”, Maduro, no es solo que empieza a escurrirle el bulto al diálogo, sino que comienza a quebrarlo.
Lo hemos visto en las últimas 24 horas, cuando, después de La Rinconada, el exlíder autobusero la emprendió contra Henry Ramos llamándolo “loco, loco”, la siguió contra Leopoldo López y Freddy Guevara acusándolos de terroristas, y hoy, para seguir aumentando los decibeles, proclamó que Capriles “es un periquero”.
En definitiva que, todo un anticlímax que – como ya lo están admitiendo connotados dirigentes de la MUD-, haría imposible el diálogo, que es lo busca desesperadamente el sucesor del Comandante Eterno. Ah, pero no por culpa de Maduro, ni de Diosdado Cabello, ni de Jorge Rodríguez, ni de Roy Chaderton, porque en definitiva han sido consecuentes con su naturaleza delincuencial, sino ahora también de la MUD, de Henry Ramos, Julio Borges y Chúo Torrealba, Enrique Márquez, Timoteo Zambrano, Henri Falcon, que después de todas las promesas rotas del mundo, se han sentado de nuevo a «dialogar» sin que el régimen haya dado pruebas reales de su buena fe. Porque liberar a, solo 5 de los 110 presos politicos, que utiliza Maduro como fichas de negociación, más que un buen gesto, es casi un insulto para los que quedaron aun encerrados tras las rejas de esta dictadura.
Es, por tanto, indispensable, urgente e inaplazable, ponerle un “parao” al diálogo de Maduro, denunciarlo como una trampajaula del dictador y reiniciar la agenda de calle que se interrumpió por pedido de los aliados y compinches.
Agenda que debe reiniciarse con la reposición del juicio político a quien no puede seguir siendo presidente de Venezuela, con acciones de calle y la lucha pacífica que le revele a América y al mundo que la oposición sigue teniendo músculo para obligarlo a respetar la constitución, ya sea aceptando el Referendo Revocatorio o convocando unas elecciones generales cuanto antes.
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