Gerardo Blyde, alcalde de Baruta, considera que los venezolanos viven en una orfandad política que ha llevado a muchos venezolanos a irse del país y a los que se quedan, a vivir sobreviviendo y al margen de la diatriba política.
Esto lo dijo el sábado en el foro organizado por Espacio Abierto que dirige Luis Manuel Esculpi.
Partió del hecho de que los venezolanos nos encontramos en una situación de orfandad pues, por una parte, el gobierno que no es el pater familis que debiera ser: aquel que te resguarda, que te brinda la seguridad alimentaria y asistencial.
“Por otro lado, tengo una Mesa de la Unidad Democrática que debería ser la luz, la esperanza y puente hacia el futuro, y, no obstante, la vemos atomizada o luce así desde octubre o noviembre del año pasado; en constantes, interminables y prolongados procesos de reestructuración o reorganización que han sido muy lentos y muy complicados; que ha cometido muchos aciertos y errores”.
Reconoció que la MUD no es la culpable de esos errores, puesto que allí no se hace sino lo que decidan sus miembros, y en esto reconoció que al propio Jesús “Chúo” Torrealba se le ha pasado una factura más grande que la que le corresponde; puesto que allí las decisiones las toman los dirigentes fundamentales de cuatro partidos (PJ, AD, UNT y VP).
Para Blyde esa orfandad tiene a muchos sobreviviendo; que muchos han decidido irse; cruzando las fronteras hacia Brasil o Colombia o más allá porque sienten que no pueden sobrevivir en el país, y que el que se queda se siente arrinconado; un poco al margen de la vida política; puesto que ya está aburrido de tanta diatriba política.
De acuerdo a lo que ha podido medir en su contacto con la gente, el alcalde de Baruta confesó que sentía que había comenzaba un proceso de transición en el país hacia algo distinto, de manera ni brusca ni antidemocrática. En este punto entendió por transición aquel proceso en el cual se sucede una secuencia de eventos políticos e institucionales que generan un cambio desde un régimen a otro a lo largo de un período variable de tiempo.
“Pueden ser abruptos; cuando se trata de un golpe de estado que triunfa o pueden ser más moderados o comedidos, como es el que creo que estamos viviendo en esta oportunidad. Fíjense que la transición; para que Chávez llegara al poder comenzó muchísimo antes con un hecho desencadenante: el Caracazo”.
Explicó que ese fenómeno pegó en todo el país por una causa: un profundo descontento social, que tuvo sus repercusiones en el tiempo a propósito de los intentos fallidos de golpes de estado del 4F y del 27N; a cuyos actores el pueblo no los acompañó como sí lo hizo cuando se presentaron las elecciones de 1998, el pueblo los acompañó con su voto, y se remontó a la etapa previa a este acontecimiento: salida de Carlos Andrés Pérez, provisionalidad de Ramón J. Velásquez, gobierno de Rafael Caldera; lo que significa para Blyde todo un proceso de más de diez años.
“Todo proceso tiene un hecho desencadenante, y en este momento todas las condiciones están dadas, y, posiblemente, ese hecho desencadenante ya se produjo. Pero no se ha producido la transición como tal, y esto porque la transición es un proceso que estamos viviendo”.
Comentó que hay mucha gente extrañada de por qué el pueblo venezolano no sale a las calles a protestar contra este gobierno, y a este respecto consideró que ese pueblo está esperando el momento para hacerlo, y que lo hará mediante el voto; pues el pueblo demostró el 4F y el 27N que no quiere nada con la violencia.
Concluyó en esta parte que nos encontramos con un gobierno que ha perdido por completo la credibilidad, y que no podrá recuperarla, y que, entre tanto, al frente había una MUD que sabía muy bien unificarse, cuando hay procesos electorales; pero cuando no los hay, termina por dispersarse, y que eso lo sabe muy bien el gobierno que juega a abrir más esa brecha y que en las circunstancias actuales, uno de los recursos para lograrlo es que no hayan elecciones.
Mostró un panorama de los diferentes criterios que se manejarían en la oposición a la hora de definir la hoja de ruta en el caso de que no se produjera ningún evento electoral, y en este punto reiteró el reconocimiento de la eficiencia de la MUD en materia de unidad cuando se tiene por delante un proceso electoral; sólo que, a su modo de ver, no lo ha sido cuando no hay procesos electorales.
Al referirse al tema del diálogo, le pareció que la MUD había concurrido a este evento en una forma improvisada; tratando de unificar las fuerzas que la integran, sobre todo, a Voluntad Popular; de modo que ahí se perdió un tiempo maravilloso; que no se discutió previamente la estrategia a seguir; por lo que se fue sin agenda real y que fue lo que “trajo las tortas, que hemos visto”.
A su modo de ver, la MUD debió centrarse en un solo punto: devuélvanme la posibilidad de recoger el 20% de las firmas; mientras que el gobierno se sentaba con una estrategia clara: uno, logró dividir los factores más importantes de la MUD; al sentarse unos y no otros; dos, no tenía sinceridad en lograr ningún objetivo del diálogo que no fuera ganar tiempo.
“El gobierno, además, necesitaba la cortina del diálogo, y todavía la necesita, para mantenerse ante la comunidad internacional y nacional como abierto y magnánimo; aunque sus gestos y actuaciones sean autoritarias y no democráticas, pero que necesita alguna ventana donde mostrar que él no es el ogro que los opositores dicen que es; de modo que el diálogo venía a ser esa fachada”.
De modo que para Blyde lo primero que tiene que hacer la MUD es unificar criterios frente al diálogo, e ir con una agenda elaborada.
Por otra parte, se mostró en desacuerdo con la sugerencia de que la MUD debe integrar federaciones, academias, organizaciones no gubernamentales; pues confesó que esa idea le recordaba lo que había sido la Coordinadora Democrática; que estaba integrada por múltiples organizaciones de la sociedad civil; aunque no descartó la idea de que la MUD pasara a ser un organismo abierto, con espíritu de consulta, a dichos sectores de la sociedad.
“Yo creo que esa es una fórmula de organización más conveniente para la MUD; que hasta ahora ha sido muy cerrada; muy metida en cuatro partidos, e incluso los dirigentes medios y de base de esos partidos tampoco se enteran de esas decisiones y son copartícipes de la actuación de su dirigencia partidista en las cúpulas”.
Concluyó preguntando que a dónde llegaremos en este proceso de transición. Respondió que, aunque cambiemos de gobierno, va a ser necesario a la larga acordar un nuevo pacto social y político, cuyo destino confesó no saber nada por el momento: si se transforma en una Constituyente, un documento tipo Pacto de Punto Fijo.
En esa transición, Blyde defendió la necesidad de la justicia transicional; que sería el caso de Colombia, y donde vamos a tener que perdonar algunas cosas que no quisiéramos dejar pasar; a condición de hacer viable política y socialmente al país y que, posiblemente, hasta tenemos que pasarle por encima a la Constitución para que se apruebe esa justicia transicional; so pena de que lo que venga a continuación se caiga.
Enrique Meléndez Vía Noticiero Digital