Edgar C. Otálvora
La estrategia del régimen venezolano, al perder el control de la Asamblea Nacional, fue la de neutralizar la capacidad legislativa y contralora parlamentaria. Con el transcurrir del año, el gobierno Maduro igualmente se embarcó en la línea de impedir la celebración de un referendo revocatorio presidencial que ganaba cuerpo ante el rápido deterioro de las condiciones económicas. Para la Oposición, a su vez, la Asamblea Nacional se convirtió en una herramienta para adelantar vías constitucionales procurando un cambio de régimen en el país.
En una combinación de movidas que ya se ha hecho recurrente en el régimen chavista, el 11ABR16 el Tribunal Supremo de Justicia controlado por el chavismo, dejó sin efecto la Ley de Amnistía aprobada por la mayoría opositora en la Asamblea Nacional. Pocas horas después, Maduro instaló en presencia de Samper, una “Comisión por la Verdad y la Justicia” bajo el argumento que varias decenas de muertos a manos de la represión militarizada durante las protestas populares del año 2014, serían responsabilidad de la Oposición. La MUD se negó a participar en tal instancia pero ya los nombres de Zapatero, Torrijos y Fernández aparecieron como parte de los planes de Maduro y Samper para “enjuiciar” a la Oposición.
El 18MAY16, Zapatero llegó a Caracas luego de asistir a las elecciones presidenciales en República Dominicana, en las que un aliado y la esposa de Leonel Fernández resultaron reelectos. Zapatero, Fernández y Torrijos se presentaron en Venezuela como “mediadores” entre Gobierno y Oposición, atendiendo una “invitación” de Unasur. Llegaron a Caracas con la venia oficialista y el auspicio de algunos sectores de la Oposición, dejando correr rumores de una inminente liberación de presos políticos como Leopoldo López y Manuel Rosales.
Los seguidores de López rápidamente aclararon que ellos no estaban negociando la libertad de su líder. Los diputados de Rosales exaltaron el diálogo, quedando en evidencia que voceros de ese partido participaron en las primeras tratativas para introducir a Zapatero en Venezuela e influyeron para que la Oposición aceptara sin preparación previa una primera reunión el 27MAY16 en un balneario de República Dominicana donde también viajó una delegación de Maduro. Ese 27MAY16 la alianza opositora MUD dejó saber a los “facilitadores” que el “diálogo” dependía de la liberación inmediata de los presos políticos, realización del referendo revocatorio, respeto a la Asamblea Nacional y reconocimiento de la crisis humanitaria. Esos puntos son en esencia los mismos que el 04NOV16 expuso la MUD cuando ya el “diálogo” con el Gobierno había iniciado.
La estrategia del régimen venezolano, al perder el control de la Asamblea Nacional, fue la de neutralizar la capacidad legislativa y contralora parlamentaria. Con el transcurrir del año, el gobierno Maduro igualmente se embarcó en la línea de impedir la celebración de un referendo revocatorio presidencial que ganaba cuerpo ante el rápido deterioro de las condiciones económicas. Para la Oposición, a su vez, la Asamblea Nacional se convirtió en una herramienta para adelantar vías constitucionales procurando un cambio de régimen en el país.
En una combinación de movidas que ya se ha hecho recurrente en el régimen chavista, el 11ABR16 el Tribunal Supremo de Justicia controlado por el chavismo, dejó sin efecto la Ley de Amnistía aprobada por la mayoría opositora en la Asamblea Nacional. Pocas horas después, Maduro instaló en presencia de Samper, una “Comisión por la Verdad y la Justicia” bajo el argumento que varias decenas de muertos a manos de la represión militarizada durante las protestas populares del año 2014, serían responsabilidad de la Oposición. La MUD se negó a participar en tal instancia pero ya los nombres de Zapatero, Torrijos y Fernández aparecieron como parte de los planes de Maduro y Samper para “enjuiciar” a la Oposición.
El 18MAY16, Zapatero llegó a Caracas luego de asistir a las elecciones presidenciales en República Dominicana, en las que un aliado y la esposa de Leonel Fernández resultaron reelectos. Zapatero, Fernández y Torrijos se presentaron en Venezuela como “mediadores” entre Gobierno y Oposición, atendiendo una “invitación” de Unasur. Llegaron a Caracas con la venia oficialista y el auspicio de algunos sectores de la Oposición, dejando correr rumores de una inminente liberación de presos políticos como Leopoldo López y Manuel Rosales. Los seguidores de López rápidamente aclararon que ellos no estaban negociando la libertad de su líder. Los diputados de Rosales exaltaron el diálogo, quedando en evidencia que voceros de ese partido participaron en las primeras tratativas para introducir a Zapatero en Venezuela e influyeron para que la Oposición aceptara sin preparación previa una primera reunión el 27MAY16 en un balneario de República Dominicana donde también viajó una delegación de Maduro. Ese 27MAY16 la alianza opositora MUD dejó saber a los “facilitadores” que el “diálogo” dependía de la liberación inmediata de los presos políticos, realización del referendo revocatorio, respeto a la Asamblea Nacional y reconocimiento de la crisis humanitaria. Esos puntos son en esencia los mismos que el 04NOV16 expuso la MUD cuando ya el “diálogo” con el Gobierno había iniciado.
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