Por los testimonios de hecho y de palabra que, continuamente, han manifestado los dirigentes de “La Salida” (Leopoldo López, María Corina Machado, y Antonio Ledezma), no promueven una sola “salida” a la grave crisis política, económica y social que sacude al país, sino muchas, entre las cuales, la electoral no es ni desechable, ni descartable, sino de las preferidas.
Ahora bien, ni la electoral, ni la de las protestas de calle son excluyentes entre sí, sino que, aparte de complementarse con otras, pueden hacer parte de la misma plataforma de lucha.
De modo que, a diferencia de lo que han sostenido los fanáticos de otro y otro bando, ni “La Salida” nació para terminar con la MUD, ni la MUD con “La Salida”.
En este orden, creo oportuna la renuncia de Ramón Guillermo Aveledo, y Ramón José Medina, no tanto porque podrían ser señalados como contrarios a los acuerdos “La Salida”-MUD, sino porque ofrecen la oportunidad de una integración donde todos caben y bajo un mismo ideal de lucha.
Ideal sería, entonces, que al igual que la sustitución de los renunciantes, se discuta la necesidad de integrar planes y programas donde los partidos tradiciones puedan convivir con los nuevos y sin adversarse, ni excluirse.
Eso es lo que, estrictamente, se conoce como “unidad” y no una conjunción de burócratas en la cual lo importante son las fotos para los medios y no lo que realmente se está haciendo para avanzar en las estrategias políticas.
Por tanto, es fundamental no tomar los sucesos que desde hace dos semanas se viven en la MUD como el anuncio del primer paso hacia la división formal de la oposición, sino como la unidad real entre los factores que la constituyen.