Marcos Weskamp
El País
A Marcos Weskamp le gustan los retos complicados. Por eso, cuando en 1998 después de licenciarse en arquitectura en Rosario, su ciudad de origen, tuvo la oportunidad de marcharse a Japón para formarse como diseñador gráfico, no lo dudó. La única palabra que sabía decir en japonés era “paraguas” (seguramente exagera, también podría decir nigiri o samurái como todo el mundo), pero eso no fue impedimento para sentarse en un aula a recibir lecciones. Fascinado por la tecnología, en Japón entendió que lo digital iba a transformar el mundo para siempre: por eso, mientras de día aprendía a diseñar en un formato analógico, por las noches estudiaba otros lenguajes, aquellos que le iban a permitir comunicarse con las máquinas (HTML, MySQL o Java). Él mismo explica mejor que nadie porqué aquella obsesión. Y lo hace a través de un tuit, donde rescata una cita de “Ciudadela”, la obra más espiritual del gran escritor francés Antoine de Sáint-Exupéry: “Si quieres construir un barco, no empieces por buscar madera, cortar tablas o distribuir el trabajo. Evoca primero en los hombres y mujeres el anhelo del mar libre y ancho”. Weskamp no quería que nada ni nadie le pusiera límites. Quería navegar libre, y la única forma de conseguirlo era aventurarse en un territorio hasta entonces casi inexplorado, aquel en el que se entrelazan el diseño y la tecnología.
Aquella web de finales de los años noventa que Weskamp quería revolucionar consistía en mucho texto, enlaces azules, recuadros con anuncios imposibles y chats donde la imaginación sustituía lo que lo que la tecnología no podía proporcionar. En su web personal el diseñador argentino describe la impresión que le produjo darse cuenta que, gracias a la programación, podía cambiar las cosas y “descubrir un nuevo mundo en el diseño. Aunque el software ofrecía una visualización cada vez más rápida de los resultados, siempre está limitado por las herramientas utilizadas. Al aprender cómo crear mis propias herramientas, amplié los límites de lo que era posible. Podía crear una serie de reglas, basadas en parámetros simples y generar diseño. Cuando me di cuenta de que el diseño con algoritmos no estaba confinado a las imágenes estáticas, sino que también podía ser interactivo, me quedé perplejo por las posibilidades que esto nos ofrecía”.
El talento de Weskamp no pasó desapercibido y a finales de 2009 se unió al equipo fundador de Flipboard, una aplicación que describe como “tu revista personal. Un espacio donde puedes seguir todos tus intereses y conectarte con toda la gente con intereses similares a los tuyos. Nuestro objetivo es proporcionar una experiencia única de lectura de contenido”. Tan exclusiva pretende ir más allá hasta que “cada usuario se convierta en un medio en sí mismo”. Desde Flipboard han conseguido conquistar a 75 millones de usuarios cada mes. Y advierten que es sólo el comienzo…