El Universal, el más que centenario periódico que libró ardorosas y triunfales batalla contra las dictaduras que infamaron del siglo XX venezolano, no pudo contra una del siglo XXI: un neototalitarismo que, en vez de asaltar medios impresos, los quiebra boicoteándoles la publicidad y negándoles dólares para comprar papel, y después los compra.
Ya había ocurrido al menos con cuatro o cinco medios audiovisuales e impresos de Caracas y del interior, pero con “El Universal” se pensó que sería distinto, porque con el decano de la prensa nacional, “Maduro no se atrevería”.
Y se atrevió. Viejos o nuevos testaferros que después de jurar ante los Santos Evangelios que eran una empresa independiente que se arriesgaba a invertir en el socialismo o capitalismo salvaje venezolano, no despediría ni a columnistas, ni a redactores por su manera de pensar.
Era como para no creerles, pero como resultaba tan imposible que “El Universal” dejará de ser lo que fue, no fueron pocos los que apostaron a un cambio de dueños legal y normal.
Fue una equivocación mayúscula, porque la semana pasada comenzaron los primeros despidos de columnistas opositores, en una clara señal de que la razzia pronto alcanzará a los redactores.
Y por esa vía, caen 110 años de historia que no se atrevieron a tocar Cipriano Castro, Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez.
¡Que falta les hizo pasar por la academia neototalitaria de La Habana!